Niños dentro de las casas jugando en el computador o viendo televisión, pataletas y la frase “estoy aburrido” es una clásica situación que se puede ver luego de que los escolares salen de vacaciones, convirtiéndose en un problema para los padres por la preocupación de que no realicen nada productivo.

Sin embargo, que los menores no tengan nada que hacer es necesario, ya que el aburrimiento es el motor que moviliza la creatividad. “Un niño que tiene sus tiempos ‘resueltos’ no se le ocurrirá nada nuevo, ni explorará su entorno con ojos curiosos”, explica el psicólogo de Clínica Santa María, Raúl Carvajal.

En cuanto a la intervención de los padres en la entretención de sus hijos es necesario que ésta sea mínima, estando disponibles sólo para mediar si necesitan o pasa algo. “Los papás deben respetar los tiempos, espacios y desafíos de los niños”, agrega el especialista.

No obstante, el experto también enfatiza en la importancia de controlar lo que hacen los niños, lo que puede resultar muy difícil cuando los padres que no están presentes durante el día debido a su trabajo. “En este caso es necesario imponer límites y normas claras, lo que ayudará a los menores a autorregularse. En un principio les costará, pero es la instancia propicia para comenzar a trabajar esta área fundamental y lograr el desarrollo de la autonomía posterior”, manifiesta el profesional.

Qué hacer con tu hijo

1)Fomentar que juegue con sus amigos:

En el caso de tener amistades cerca de la casa, el psicólogo explica que es importante fomentar que los niños jueguen y se diviertan con sus pares ya que, a toda edad, es fundamental la sociabilización.

2)Inscribirlo en talleres o en algún deporte:

Si el menor tiene menos posibilidades de estar con amigos, es recomendable que asista a actividades como fútbol, clases de piano, talleres de pintura, etc. Sin embargo, es necesario también que sepa estar solo, por lo que no se le debe recargar de actividades innecesarias.

3)Promover actividades adecuadas para su edad y características individuales:

El especialista de Clínica Santa María detalla que dependiendo de la edad va a variar el tipo de actividad. Hasta los 8 años lo recomendable es que el menor juegue a todo tipo de cosas, principalmente actividades que involucren estímulos sensoriales como ir al parque, pasear en bicicleta, andar a caballo, bañarse en la piscina, entre otros. A partir de los 9, al aparecer una mayor necesidad de sociabilizar, se aconseja que realice actividades en equipo como algún deporte, campamentos y talleres musicales. Por otro lado, es importante que a la hora de tomar una decisión sobre las actividades de los hijos, los padres consideren las características propias de cada uno, por ejemplo, si es más bien tranquilo o energético, sociable o tímido.

4)Limitar tiempos para ver televisión y usar el computador:

El experto enfatiza en la necesidad de que los padres regulen los tiempos y tener los límites claros sobre el uso de los aparatos electrónicos y pantallas. Esto, ya que la mayoría de los menores no cuenta con autorregulación, es decir, no se restringirán debido a que la actividad les resulta entretenida y tienen una sensación de distorsión del tiempo.

5)Realizar actividades en conjunto:

Sin quitarle importancia a que los niños se aburran y trabajen la imaginación, el psicólogo también incentiva las actividades entre padres e hijos, las cuales favorecen la relación y estimulan nuevos intereses en los menores.