A nadie le cabe duda que el mundo está cambiando, quizás más rápido de lo que nos gustaría. Es por esto que debemos replantearnos muchas cosas, tanto como padres y como profesores, respecto a la manera que estamos criando y formando a nuestros hijos.

La época de educar para repetir lo escrito en el pizarrón no ha dado buenos resultados y toda la evidencia científica nos muestra que tenemos que buscar la forma de ayudar a los niños a integrar nuevos conocimientos a través de distintas disciplinas, motivándolos a pensar de manera crítica, que aprendan a cuestionar, observar y ser capaces de comunicarse con sus pares.

Todos los avances de las neurociencias nos han demostrado que los primeros 8 años son cruciales para desarrollar en los niños las ganas y el potencial para aprender. ¿Y cuál es la mejor manera de lograr esto en la sala de clases? La metodología STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas).

Apoyar la curiosidad

Aunque puede sonar un poco rimbombante hablar de ingeniería o tecnología para jardines infantiles, lo cierto es que como dijo Fred Rogers: “Cada niño parte su vida como un científico nato”. Es cosa de ver a los más chicos cómo les fascina explorar todo, investigan cada rincón de la casa y el patio, quieren saber cómo funcionan las cosas y preguntan el porqué de todo. El tema es que los adultos debemos apoyar esta curiosidad innata para que ellos quieran seguir investigando y aprendiendo.

Cómo aplicarla en el jardín

1-Las educadoras se encargan de armar la sala como un laboratorio de juegos y descubrimientos, donde tienen maceteros con distintos tipos de plantas y flores de verdad, insectarios, muchos libros de botánica, lupas, anteojos de científicos, otra zona con microscopios para niños para que puedan ver las nervaduras de las hojas.

2-Los paneles deben estar decorados con dibujos y fotos reales de distintos tipos de flores y científicos y científicas que hayan sido botánicos y naturalistas, como Claudio Gay por ejemplo.

3-Estos mismos materiales, junto a otros, sirven para enseñar matemáticas. Temas como seriación, clasificación y ordenación se pueden trabajar con semillas, hojas de distintos árboles y piedras.

4-Para tecnología los niños necesitan trabajar con material de desecho, ya que ellos son los encargados de fabricar otros microscopios, lupas y lo que su laboratorio necesite.

5-En ingeniería los niños serán los encargados de hacer mapas de su sala, ver qué muebles necesitan, cambiar de ubicación, jugar con bloques y hacer construcciones de otros laboratorios. Y con los tiles magnéticos pueden construir planos en 3D.

6-El arte se integra de manera natural en la metodología STEAM, ya que se pueden trabajar obras de arte donde haya plantas y flores, como Los girasoles de Van Gogh por ejemplo, donde los niños previamente analizan los girasoles de verdad, ven sus semillas, pétalos y tallos, los ven en el microscopio, etc. La profesora también les ha contado de la vida del pintor y luego realizan su reinterpretación de la obra de arte.

Más preparación

Obviamente esta metodología implica mucho más trabajo y preparación que una simple clase donde los niños miran pasivamente un pizarrón y ven un dibujo de una flor en el libro, pero es muchísimo más significativa para los niños.

En Chile está llegando, pero como actividades extracurriculares y como talleres que pueden tomar los niños.

Uno muy bueno con el que gozan y aprenden los niños es www.thinkey.cl

 

Por: Carolina Pérez Stephens. Educadora de párvulos UC. Máster en educación Harvard University, docente Universidad de los Andes. Directora de Helsby International Preschool.