Todo renace. Eso es lejos lo mejor de la primavera. Abrir las ventanas y sentir ese olor a pasto recién cortado y ver los nuevos brotes en los árboles del jardín otorga bienestar mental y físico. Esta época es ideal también para disfrutar de los juegos y explorar nuestro planeta con los niños… con lupa, lápices y cuaderno en mano.

Hoy la metodología STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) está causando furor en los países desarrollados que tienen éxito en todas las pruebas internacionales de educación, como PISA y TIMMS.

Con la enseñanza STEM se busca que niños y niñas se desarrollen y gocen del mundo de las matemáticas y las ciencias. Todo a través de la exploración directa y con material didáctico muy entretenido. Porque no se trata de mirar el pizarrón o una foto en un libro. La idea es salir a descubrir, tocar, oler y disfrutar. En definitiva, disfrutar de los juegos.

Si el colegio de tus niños no practica esta metodología, somos nosotros —los padres— quienes debemos ponernos las pilas con este “conocimiento in situ”. Recuerda que el desarrollo del cerebro humano tiene su periodo peak de conexiones neuronales durante la infancia, por lo que no podemos perder todo nuestro tiempo mirando televisión, jugando videojuegos o paseando por el mall.

Buenas ideas

Son tantas las cosas entretenidas y juegos que pueden aprender los niños en esta época. Podemos seguir el ejemplo de grandes naturalistas chilenos y extranjeros que solo con una croquera salían a descubrir nuevas especies de flora y fauna para luego dejar registro de sus aventuras científicas.

Para vivir una linda experiencia de paseo con tus hijos aquí van algunas ideas:

1-Busca cuentos o libros donde se narren las vidas y experiencias en la naturaleza de Rudolfo Philippi, Claudio Gay y Charles Darwin (aprovecha también la información en internet). Al descubrir sus vidas, ver dibujos y conocer sus descubrimientos, a tus hijos les darán más ganas de ponerse buenos zapatos y salir a subir cerros para explorar.

2-En la planificación del paseo junta información sobre los tipos de árboles, plantas y animales que podrían encontrar en el camino. También puedes buscar información sobre el lugar específico al que van.

3-Hay que salir afuera y ensuciarse. Por lo mismo, entusiasma a tu hijo (o hijos) para que se vistan con ropa cómoda, al más puro estilo explorador. Si se puede, podría invitar a un amigo.

4-Dile a tu hijo que lleve un “bolso para guardar tesoros”. Allí podrá meter piedras, ramitas, insectos muertos, hojas secas, etc. No olviden llevar lupa, cuaderno y lápiz.

5-Cuando lleguen al lugar escogido recurre a la información que buscaste previamente, de manera de explicarles a los niños sobre la morfología de las plantas o las características de ciertos habitantes del cerro, campo, parque, playa, plaza, etc. Nada mejor que aprender de manera concreta.

6-Ampliemos el vocabulario de los niños y hablemos con palabras sofisticadas, como nervaduras, pistilo,  insectos, nombre del árbol, etc.

7-Los niños gozan cuando pueden usar una lupa y ver los detalles de las plantas e insectos. Aprovechen de jugar y aprender con este instrumento.

8-Al llegar a casa les recomiendo sentarse, mirarse a los ojos y conversar sobre lo que más les gustó del paseo y qué traen en su bolsa de tesoros.

9-Los niños podrán después lavar sus piedras y pintarlas con témpera. Así recordarán las aventuras familiares por un largo tiempo o podrán darles alguna utilidad (por ejemplo, tope de puerta o de libros).

 

Por: Carolina Pérez Stephens, Educadora de párvulos UC. Máster en educación Harvard University, docente Universidad de los Andes. Directora de Helsby International Preschool.