¡Me da tanto gusto ver cómo cada vez más las municipalidades están invirtiendo en su gente! Hoy existen más espacios para compartir en familia, áreas verdes y plazas con ingeniosos juegos y pistas para andar en triciclo y bicicleta. Esto se agradece, ya que con el paso de los años los departamentos y casas se han ido achicando, mientras que los niños no han cambiado. ¡Necesitan correr y saltar! Y es que no es normal que un niño de 2, 3, 4 o 5 años esté sentado mucho rato: su cuerpo está diseñado para moverse ya que sólo así aprende.

En los tiempos que corren, donde los padres calman a los niños pasándoles celulares o tablet, tenemos que observar atentamente qué es lo que hace felices a nuestros hijos. Y la respuesta es clara: jugar. Jugar con los hermanos, con los vecinos, con sus papás, con sus juguetes y también ensuciarse y caerse ¡en la plaza! Y si uno se cae, hay que limpiarse y volver a pararse.

Bien equipados

Lo ideal es ir a la plaza con un par de baldes y palas para prestárselas a algún niño y así aprender a ser generosos y hacer amigos. Como papás tenemos que estar atentos, pero debemos dejar a los niños jugar libremente, que se equivoquen, que descubran solos cómo subir al resbalín, cómo trepar, cómo solucionar los problemas con el amigo, etc.

Una plaza es como una mini ciudad donde vamos a encontrar niños que se nos adelantan, nos quitan las cosas, nos ayudan, comparten la bici, nos quitan el chocolate, nos dan de su helado, lloran, cantan, hacen rondas y nos tiran arena. Así es la vida de plaza, más entretenida que cualquier smartphone y con más experiencias y recuerdos que cualquier tablet. Hace unos días leí que “los niños no recuerdan su mejor día de televisión”.

Motricidad

Otro punto muy importante es el desarrollo de la motricidad fina y gruesa. Si un pequeño de primero básico no sabe escribir bien lo mandan a la psicopedagoga para que le haga más ejercicios de pre-escritura, con lo cual el niño queda agotado y aburrido. Lo que recomiendan los expertos en motricidad es ¡jugar en la plaza! Sí, trepar, saltar y correr, ya que han descubierto una directa relación entre motricidad gruesa y fina. Es decir, un niño que tiene buena motricidad gruesa va a tener, sí o sí, buena motricidad fina. Pero si un niño está encerrado viendo TV y se mueve muy poco, claramente le va a costar escribir, ya que su tono muscular es muy bajo.

Por diversión o por necesidad de desarrollo tenemos que sacar a los niños a jugar afuera, les hace bien a ellos y a nosotros como adultos. Ver sus caritas felices, verlos reír con amigos, ver cómo antes les costaba trepar las barras y ahora lo hacen rápido serán recuerdos que atesoraremos en nuestros corazones… no las conversaciones con amigos de Whatsapp.

 

Por: Carolina Pérez Stephens, Educadora de párvulos UC. Máster en educación Harvard University, docente Universidad de los Andes. Directora de Helsby International Preschool.