Muchos padres se preguntan qué deben hacer cuando uno de sus hijos sufre un golpe fuerte en la cara o boca, causando movilidad, fractura o desprendimiento de uno o más dientes durante la práctica de algún deporte o juego. El Dr. José Miguel Obach, Ortodoncista de Clínica Obach y Guzmán, explica qué debemos hacer en cada caso:

1-Lo primero que hay que hacer después de un traumatismo dental es acudir a un centro de salud con el niño para un examen clínico y radiológico de la cara por parte de un Cirujano Máxilo Facial, para descartar la presencia de fracturas faciales o mandibulares.

2-En caso de traumatismo dental que no involucre los huesos maxilares,y que sólo afecte a los dientes, habrá que llevar a los niños al odontólogo para la evaluación y tratamiento de los dientes que pudieron verse afectados. En esta etapa, es de suma importancia tomar radiografías para ver si las raíces están completas o si se fracturaron.

3-Muchos papás piensan que si el diente es de leche y no le duele, no es necesario preocuparse porque después viene el definitivo, pero lo que no saben es que esto puede afectar el desarrollo del diente definitivo.

4-Según explica el especialista, si luego de un golpe el diente cambia de color y, al cabo de algunos días, se vuelve más oscuro, probablemente estemos ante una necrosis pulpar, es decir, el diente perdió su vitalidad y esto podría afectar al diente definitivo.

¿Qué pasa con los dientes definitivos?

En el caso de traumatismo dentario en dientes definitivos, el pronóstico no es tan malo como pudiera parecer porque existen técnicas para salvarlos. Si hay una fractura dentaria y está sólo en el esmalte, y afecta menos de un tercio de la corona, el diente se puede reconstruir fácilmente con composite, que es un material del mismo color del diente que utilizan los dentistas en estas ocasiones.

El doctor explica que cuando la rotura es más compleja y afecta a la dentina, probablemente se requerirá un tratamiento de conducto o una endodoncia, siempre y cuando la raíz del diente esté totalmente formada. Si no está formada del todo se deberá acelerar el cierre radicular, y cuando esté listo, se realiza el tratamiento de conducto.

Además, muchas veces hay que fijar el diente con traumatismo a los dientes vecinos para evitar que se sobrecargue al morder, hay que evitar alimentos duros al menos por 1 semana y tener un muy buen cepillado.

¡Dientes despedidos!

En caso que el diente se salga el carácter es de urgencia extrema porque está comprobado que, a partir de la media hora o una hora como máximo, si ese diente no está reimplantado de nuevo en la boca, el grado de éxito se reduce considerablemente.

Si esta situación ocurre cuando el niño está en el colegio, el doctor Obach señala que la recomendación primera es reimplantar el diente inmediatamente si no ha salido de la boca, siempre y cuando sea un diente definitivo. Los dientes de leche no se reimplantan por la posibilidad de dañar con esto al diente definitivo que viene en camino.

Si el diente salió desprendido y cae al suelo se debe recoger, meterlo en un vaso limpio con agua o con leche blanca y llamar rápidamente al apoderado para luego llevar al niño al centro de salud más cercano para realizarle la reimplantación. “El tiempo es oro en este caso para tener un buen pronóstico”, enfatiza.

El tratamiento en estos casos consiste en la reimplantación del diente y luego se debe ferulizar o fijar el diente afectado con composite a los dientes vecinos para facilitar su recuperación. Además, se debe mantener dieta blanda por al menos 1 semana y tener un estricto control de higiene oral.

Aclara que nunca se debe limpiar el diente con agua y jabón porque tiene su raíz recubierta por los ligamentos periodontales y éstos no se pueden tocar: si se pierden, el pronóstico de la reimplantación será negativo.

Sangramiento

Finalmente, el Dr. Obach recomienda tratar de mantener la calma. La boca es una zona con mucha irrigación sanguínea, que frente a un golpe sangra mucho (ayudado además por el exceso de saliva que se produce en estos casos). Por eso, se debe limpiar la zona con un paño limpio, con algodón o con gasa, tranquilizar al niño lo máximo posible y acudir de inmediato a un centro de salud.