Cuando hablamos de criar a nuestros hijos, el concepto social mayoritariamente aceptado es que debemos preocuparnos de su crecimiento, salud, alimentación, educación, buenos modales y otros muchos etcéteras que podrían hacer la lista interminable.

Sin embargo, nadie nos explica que también debemos enseñarles a conocer, manejar y modular sus emociones y sentimientos. Tal como los niños requieren de apoyo para conocer y aprehender el mundo exterior, también necesitan que se les enseñe a conocer su mundo interior.

Porque en definitiva A SER FELIZ SE APRENDE, y desde la más temprana edad podemos ver nacer a niños felices. Reconocer y apreciar lo bueno de la vida, aprender a disfrutarla, implica cultivar una actitud positiva. Y en esto hay que recordar que nosotros somos los modelos por excelencia para nuestros hijos.

Cómo manejar las frustraciones

Primero hay que entender y respetar “su mundo”, lo que para nosotros puede ser un hecho sin ninguna importancia para el niño puede constituir una gran frustración. Nosotros como adultos siempre debemos transmitirles que ESTAMOS para acogerlos y contenerlos en su rabia, su pena, su ira, su alegría, su miedo y su enojo. Es importante darle nombre a las emociones que está sintiendo, para que vaya aprendiendo a conocerlas.

Esto es especialmente importante en los primeros años, cuando el niño comienza poco a poco a internalizar la capacidad de modular sus propias emociones. Así, en la medida que el niño crece, va haciendo suyo este proceso, va reconociendo que la rabia no daña, que el miedo pasa y se supera, que la pena son momentos y que la alegría es parte de este abanico de sentimientos que como seres humanos somos capaces de experimentar.

Por esto, es fundamental dejar de centrarnos tanto en las conductas buenas o malas de los niños y comenzar a reparar en sus sentimientos. Enseñar a un niño a aceptar las frustraciones con una actitud positiva es un factor muy importante para que se convierta en un adulto que sabe tomar decisiones y arriesgarse.

Cómo ayudarlos a desarrollar aptitudes para la felicidad

  • Aprovecha todas las situaciones posibles para divertirte con ellos. Cultivar al máximo el sentido del humor y la alegría. Mostrarles el lado lúdico de las cosas. Y, siempre que sea posible, reírse con ellos (aunque nunca de ellos).
  • Plantearles metas de acuerdo a su etapa de desarrollo para que puedan disfrutar de sus logros.
  • Tratar, dentro de lo posible, de no mostrarse habitualmente abrumado, triste o irritado.
  • «Prestarles atención», preocuparte de lo que siente y de cómo se encuentra, te enterarás de muchas cosas y podrás ayudarles a ver la parte positiva de su problema y buscar en conjunto una solución.
  • Mostrarles que todas las emociones son válidas, no temer a hablar de cómo nos sentimos. Ellos perciben todo, también las emociones negativas.
  • Enseñarles a ser realistas en sus expectativas y logros para bajar el nivel de frustraciones. Si esperan demasiado, todo logro será poco.
  • Cultiva en ellos un optimismo realista para que reconozcan sus capacidades y habilidades.

Nunca debes:

  • Hacer comparaciones con hermanos o primos agrandando los valores de unos en detrimento de los otros. Este es un gran error y lamentablemente muy común.
  • Criticarlos delante de familiares y amigos empeora la situación, dañas su autoestima y lograrás el efecto inverso al que deseas.
  • Al reprimir sus emociones generarás inseguridad y miedo, y no querrá mostrarse tal y cómo es. No le enseñes a aguantarse su mal humor, será una persona irascible en el futuro.

 

Por: JUNJI.