Además de recibir dulces, Halloween permite a los pequeños echar a volar su imaginación al elegir, preparar y mostrar sus disfraces. “Esta actividad es positiva para ellos. Ensayan formas de relacionarse y crean una realidad ficticia que contribuye a su creatividad y desarrollo”, explica Sonia Castro, psicóloga de Clínica Alemana.

Ya sea para esta celebración, cumpleaños o simplemente un juego casero, jugar a interpretar roles es muy beneficioso para los niños. “Al representar el papel de otra persona tienen oportunidad de ver el mundo desde una perspectiva distinta. Esto contribuye a que desarrollen la capacidad de tener flexibilidad de pensamiento. Aspecto que es crítico en el ámbito de crear alternativas para la solución de problemas en distintas áreas del conocimiento”, comenta.

Además, contribuye al trabajo en equipo, la reciprocidad y la responsabilidad, al asignar los roles y decidir qué papeles representar.

¿Cómo elegir el disfraz correcto?

Además de la tela y los materiales que se utilicen para crear el traje, la especialista sugiere:

  • Optar por un disfraz que les guste a los niños y que no los asuste. Ellos, generalmente, los eligen sobre la base de sus propias motivaciones, películas del momento o publicidad.
  • Fomentar la elección del niño, cuidando que su decisión no atente contra su seguridad psíquica o física.

¿Qué hacer si un niño no quiere disfrazarse para Halloween?

Más allá de que el disfraz esté listo para usarse, si el niño no desea hacerlo hay que respetar su decisión. Debemos considerar que “existen niños más extrovertidos que otros y les es más fácil disfrazarse sin temor al ridículo. Pero eso no es trascendental para el desarrollo de su vida”, añade la psicóloga.

Las causas de esta negativa pueden ser variadas:

  • Temor a ver a gente “rara”. Frente a esta excusa los padres deben tranquilizar al niño, explicándole que esas personas extrañas solo están jugando y que, al otro día, todo volverá a la normalidad.
  • Angustia porque sus amigos parecen otros. En este caso, el consejo es explicarle la situación al hijo y esperar hasta que logre reconocer a sus pares.
  • Timidez. Si esto ocurre, una alternativa es acompañar al niño vestido de calle y, una vez que se ambiente y vea a todos sus amigos disfrazados, proponerle usar un traje, gorro o antifaz.