El primer cumpleaños, aprendiendo a caminar o con un disfraz son sólo algunos de los cientos de registros que tenemos cuando somos pequeños. Existen muchos momentos en la vida de los hijos que los padres disfrutan y se sienten felices. Tanto así, que lo comparten en redes sociales, para que los seguidores los vean y comenten las imágenes.

Esta práctica es conocida como Sharenting, que consiste en publicar las fotos que muestran anécdotas e instancias personales de los menores en redes sociales. En el último tiempo ha estado en la controversia en distintos países, ya que algunos señalan que puede tener efectos a largo plazo en la vida de los niños. Muchos de ellos pueden sentirse avergonzados cuando crezcan, pueden sufrir bullying o, incluso, sus fotos pueden ser vistas por pedófilos, lo que significa una situación de riesgo importante para los menores.

La Dra. Andrea Aguirre, psiquiatra infanto-juvenil de Clínica Universidad de los Andes señala que es importante ser cuidadosos con esta práctica ya que “es probable que los niños sientan vergüenza al descubrir las publicaciones de sus padres, donde salen con poca ropa o con postura poco agraciada. Además, se pueden sentir pasados a llevar al compartirlas sin su permiso”.

¿Para siempre?

No debemos olvidar que uno de los conceptos básicos de las redes sociales es que todo lo es publicado en ellas se queda ahí. Por lo tanto, la imagen puede viralizarse y llegar a miles de personas, entre ellas a quienes están buscando nuevas víctimas y que hacen un mal uso de las imágenes.

“A los adultos les preocupa mucho qué suben a las redes sus hijos adolescentes, pero ellos en algunas ocasiones no son cuidadosos con lo que publican de sus hijos. Por otro lado, cuando compartimos fotos de los niños, estamos creando una imagen de su conducta que puede diferir a la que en realidad es, lo que podría afectar sus relaciones sociales. En ese contexto, la identidad que ellos tienen se debe formar a través de sus propias experiencias, y no por la cantidad de likes que reciben de los padres”, sostiene la especialista. Cuidar la privacidad y la vida digital de los niños es fundamental. Por eso debemos tener en cuenta que la foto que se publica puede tener un mal uso y puede ser causa de cyberbullying, donde los compañeros molestan al niño por la foto que le tomaron cuando era más chico.

“Lo importante es estar atentos, ser cuidadosos, precavidos y tener en cuenta que sus hijos quizás no quieran que otros vean sus momentos más íntimos. Si bien para muchos son divertidos, seguramente varios de los niños quizás hubiesen preferido que esas fotos quedaran en su círculo más íntimo”, concluye la doctora.