Entre el año y los 2 años de vida, los niños comienzan a explorar la casa y existen grandes posibilidades que ocurran los accidentes. Entre los 4 y 6 años éstos disminuyen, pero siguen siendo la principal causa de muerte y hospitalización para los chicos.

Según detalla Gabriel Rodríguez, académico de la Facultad de Enfermería de la UNAB, los accidentes más comunes en el hogar son:

 1.- Quemaduras:

Pueden ser de todo tipo, hechas con metales calientes como plancha o plancha de pelo; con sartenes u ollas sobre las cocinas; con hervidores de agua. Si quedan los mangos hacia fuera, el niño puede tirarse el agua o aceite hirviendo encima.

 2.- Ahogamiento:

El niño está en condiciones de manipular elementos y llevárselos a la boca, pudiendo ahogarse si algún objeto se desliza hacia la vía aérea. También puede sufrir asfixia por inmersión debido a caídas a piscinas o estanques.

3.- Caídas:

Aunque las veamos como algo normal, pocas veces nos percatamos de que pueden ocasionar lesiones tan graves como una fractura o incluso la muerte. Cuando una caída origina un raspón leve o un rasguño, sólo debemos lavar la herida con agua y jabón. Pero cuando un hueso se ha roto o se ha salido de su lugar, debemos acudir al médico para recibir atención profesional lo antes posible.

4.- Envenenamiento e intoxicación:

Se presentan por ingerir sustancias tóxicas que pueden dañar nuestro organismo. Entre los elementos venenosos más comunes se encuentran los limpiadores domésticos como el cloro y el detergente. También son muy dañinos los insecticidas, las medicinas y los alimentos descompuestos. Cuando nos percatemos de que el niño ha tragado una sustancia venenosa, no debemos hacerlo vomitar: es mejor transportarlo rápidamente al hospital más cercano.

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5.- Cortes:

Las heridas se provocan cuando un objeto filoso o punzocortante llega a nuestro organismo y nos causa una lesión. Cuando tenemos una herida debemos lavar bien con agua y jabón la parte afectada y acudir a la Unidad de Salud para que un médico la revise.