En ciertas enfermedades respiratorias como el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y el síndrome bronquial obstructivo, es necesaria la utilización de inhaladores. Estos son recetados para que un medicamento específico llegue directamente a las vías aéreas de la persona afectada.

En este sentido, dependerá de la patología bronquial que la persona presente para que el especialista determine qué tipo de inhalador y qué dosis necesita como parte de su tratamiento. “Existen inhaladores presurizados que proporcionan el fármaco en forma de aerosol y otros que lo dispensan como polvo seco. Además, los medicamentos presentes en ellos son diferentes y en ocasiones se combinan dos remedios en un solo dispositivo”, detalla el Dr. Patricio Jiménez, broncopulmonar de Clínica Santa María.

El especialista destaca que es muy importante que estos inhaladores sean utilizados siguiendo la prescripción médica. Los errores más frecuentes asociados a su uso son no utilizarlos de forma regular cuando se ha indicado hacerlo o, por el contrario, utilizarlos en exceso, es decir, más allá de las dosis recomendadas.

Asma

En cuanto al asma, la cual se genera por la inflamación de las vías respiratorias, el tratamiento considera el uso de inhaladores antiinflamatorios (controladores) y de dosificadores broncodilatadores (de rescate). En este caso, muchas personas suelen abusar del broncodilatador y dejar de lado los que controlan la enfermedad. “El abuso de este tipo de fármaco se asocia a efectos adversos que pueden superar sus beneficios. Al ingerir salbutamol –medicamento broncodilatador– en exceso, se puede producir temblor muscular, palpitaciones y aumento de la frecuencia cardíaca, más conocido como taquicardia”, señala.

Por otro lado, el experto también enfatiza: “Hay que tener en cuenta que los inhaladores, cualesquiera sean sus componentes, no están indicados en el resfriado común ni como alivio de la tos aguda, ya que no se ha demostrado su beneficio en estos casos”.

Pasos para un uso adecuado

El médico sostiene que se cometen muchas equivocaciones al utilizar el dispensador, como exhalar en vez de inhalar. Por este motivo, es fundamental que el paciente esté instruido sobre el modo de uso para que el tratamiento sea efectivo:

  1. Agitar el dispositivo antes de ocuparlo.
  2. Hacer una inspiración lenta y larga.
  3. Contener el aire después de la inhalación.
  4. Exhalar fuera del dispensador.