Usualmente consideramos que nuestra casa es el lugar más seguro de todos. Pero en vacaciones, cuando nuestros hijos se quedan solos en ella o a cargo de alguien más, esto no siempre es así. Dentro del hogar se encuentran diversos factores de riesgo que, por su falta de experiencia y una natural tendencia al riesgo, puede tomar a los más pequeños y jóvenes de la casa por sorpresa, sin las necesarias precauciones.

Para evitar y no lamentar, la experta en prevención de riesgos de la Mutual de Seguridad CChC, Alicia Contador, recomienda “realizar un cuidadoso y consciente proyecto de educación preventiva, para reforzar la seguridad en el hogar. Para esto, lo ideal es partir por enseñarles a nuestros hijos que las mismas actividades que hacen puertas adentro —como juntarse con amigos, cocinar, bañarse en la piscina, estar en el computador, ver televisión y usar artefactos eléctricos, como el secador de pelo y otros— también pueden originar accidentes, y de ahí la necesidad de conocer los riesgos y aplicar medidas preventivas”.

Dentro de los riesgos más frecuentes, señala la profesional, están las caídas, golpes, sobreesfuerzos, cortes, quemaduras y picaduras y, además de ellos, otros más complejos como el contacto eléctrico, exposición a productos químicos (productos de aseo personal y hogar), incendios y explosiones, por lo que, para contar con un hogar seguro, es fundamental detectar y controlar estos riesgos eliminando, en lo posible, las
causas que los generan.

¿Qué enseñarles?

  • Ser ordenados, dando un lugar a cada cosa y manteniendo cada cosa en su lugar, ayuda a evitar caídas y tropiezos, más aún cerca de zonas riesgosas, como ventanas, ventanales con acceso a terrazas o balcones, y escaleras.
  • Evitar realizar desplazamientos bruscos, como correr por pasillos y escaleras, también ayudará a evitar accidentes que pueden llegar a ser graves.
  • Por ningún motivo manipular bruscamente elementos cortantes y punzantes, como cuchillos, agujas o tijeras.
  • Deben evitar transportar alimentos o líquidos calientes directamente con las manos (se recomienda el uso de bandejas), y tratar de no acercarse a la cocina con ropa suelta o pañuelos, para evitar quemaduras.
  • De igual manera, no usar la cama para saltar sobre ella.
  • Es importante que eviten poner pestillo a la puerta del baño mientras se duchan o se secan el pelo.
  • Los padres deben asegurare que todo tipo de instalación eléctrica en lugares frecuentados por los niños y jóvenes, como su pieza, sea segura y se encuentre en buenas condiciones. Enseñe a los niños sobre la manipulación de enchufes y a no sobrecargarlos.
  • En este sentido, también es clave enfatizar en la poca seguridad de usar sus notebooks conectados a la corriente en las cercanías a una piscina. Agua y electricidad, una mezcla fatal.
  • Si se cuenta con una piscina profunda, la primera precaución debe ser enseñar a nadar —o, al menos, a flotar— a los niños. Además se deben controlar los juegos violentos.
  • Evitar caídas subiéndose a muebles altos en busca de cosas. Siempre será mejor pedir ayuda a algún hermano mayor, a quien los cuida o esperar a que lleguen los padres. Tener escaleras de soporte seguras y con una base amplia también ayuda.
  • Si se tiene calefón, lo esencial es que ellos no lo prendan directamente o, de necesitarlo, enseñarles cómo hacerlo. Si el calefón se encuentra en interiores, debemos asegurarnos de dejar siempre abierta una salida de aire, sabiendo que estos artefactos deben estar en lugares ventilados y nunca dentro de los baños.
  • Niños y jóvenes no deben prender fuentes de fuego, como velas y otros, si están solos en la casa, ya que pueden originar incendios.
  • Por último, lo ideal es recordarles que en todo esto la participación de toda la familia resulta vital.