Pasado el dulce alboroto de la gran noticia, ¡tu embarazo!, se extiende un período de 9 meses que aunque pueda parecer largo se pasa volando. Es hora de mimar a ese pequeño ser y cuidar tu salud desde varios puntos de vista. Y es que tu cuerpo cambia por dentro y por fuera, por lo que resulta ideal planificarse para vivir un “embarazo power”.

Cuidar tu boca es esencial

La Dra. Andrea Flores, docente de la Facultad de Odontología de la U. Andrés Bello, señala que el aumento de hormonas en el embarazo hace que en la cavidad oral se generen transformaciones: se incrementa la irrigación sanguínea de las mucosas y, por ende, la capacidad inflamatoria de éstas. La mucosa más afectada es la encía, que se inflama más rápidamente provocando aumentos de volumen, apariencia roja y a veces sangramiento. A esto se le llama gingivitis. Si la mujer padece este problema debe tratarse de inmediato para evitar un estado más grave conocido como periodontitis, la cual afecta el hueso de manera irreversible y las embarazadas pueden llegar a perder piezas dentarias. “Se ha estudiado el cambio en la flora bacteriana de la boca durante esta etapa, lo que unido a un mayor consumo de hidratos de carbono y dulces, aumenta el riesgo de caries”, subraya.

Lo ideal es comenzar el embarazo con una boca sana, sin caries, gingivitis o sarro, ya que estas patologías no sólo afectan la salud de la madre, sino también la del hijo. Flores advierte, además, que en algunas embarazadas suelen aparecer tumores o aumento localizado de la encía llamado granuloma biogénico o tumor del embarazo. Son benignos, pero deben ser eliminados quirúrgicamente y se presentan por falta de dominio de técnicas de cepillado e higiene bucal. Para una buena salud, ponga atención a estas recomendaciones:

  • Realizar un correcto cepillado después de cada comida, usando seda dental y siguiendo las indicaciones del odontólogo.
  • La madre debe realizar visitas periódicas al dentista, a fin de detectar oportunamente caries o inflamaciones.
  • Los tratamientos que no sean de máxima urgencia deben posponerse para después del primer trimestre. En la última mitad del tercer trimestre también es aconsejable evitar las intervenciones odontológicas.
  • Se debe avisar al dentista acerca del embarazo, ya que muchas veces se deben tomar radiografías y los Rayos X en el primer trimestre pueden dañar al feto en formación.

Mamás fitness

Con previa autorización médica y ejercicios adaptados a su estado, todas las futuras madres pueden entrenar sin miedo. Macarena Zuloaga, de gimnasios 02 Fit, comenta que “lo más importante en términos de salud es orientar la preparación para el parto, y para eso nos debiéramos enfocar en la zona media, es decir, la estabilización de lumbares (espalda baja) y abdominales -que se altera notablemente- y que es donde la mayoría de las mujeres sentimos molestias durante el embarazo. Además, debemos enfocarnos en fortalecer el piso pélvico, ya que es de gran ayuda para el alumbramiento y post recuperación”.

Las futuras madres -que no presentan embarazo riesgoso- pueden hacer prácticamente de todo, resguardando la respiración (para aliviar la presión interna) y la intensidad de lo que realizan. Lo más recomendable es caminar, nadar, yoga, hacer ejercicio elíptico, pesas (mediana intensidad) y elongación.

El ejercicio físico mejora la condición cardiovascular y muscular, favorece la corrección postural y evita un aumento excesivo de peso, lo que proporcionará a la embarazada una mejor condición física general y le permitirá enfrentarse al trabajo del embarazo y parto con menos riesgos. Asimismo, disminuye las molestias digestivas y el estreñimiento, aumenta el bienestar psicológico reduciendo la ansiedad, la depresión y el insomnio y crea hábitos de vida saludables.

Sin comer en exceso

Idealmente, una mujer debe iniciar su embarazo con un peso dentro de la normalidad. Esto reducirá algunas de las complicaciones asociadas al exceso o déficit de peso, como el nacimiento de niños prematuros o con bajo peso, diabetes gestacional e hipertensión en el embarazo.

El peso del recién nacido se encuentra fuertemente relacionado con la alimentación y el estado nutricional de la madre antes y durante la gestación, advierte Alejandra Cohen, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello. Pero en Chile, más del 50% de las embarazadas presentan exceso de peso. “Para una mujer que inicia su embarazo con un estado nutricional normal se recomienda un aumento entre 10 y 13 kilos, a diferencia de una con sobrepeso a la que no se le aconseja un incremento mayor de 7 a 10 kilos”, señala.

Durante este período, la recomendación no es comer más alimentos, sino elegirlos mejor:

  • Consumir alimentos ricos en nutrientes esenciales, como el calcio de los lácteos que es importante para la formación ósea del feto. Si el consumo no es adecuado, el feto utilizará las reservas de la madre deteriorando sus huesos y dientes.
  • Consumir hierro contenido en carnes de todo tipo y en algunas verduras de hojas verdes como acelgas, espinacas y alcachofas.
  • Aumentar el consumo de ácidos grasos omega 3 (salmón, sardinas, jurel, aceite de canola, linaza y nueces) ya que favorecen el correcto desarrollo cerebral y de la retina del feto.
  • El ácido fólico, antes y durante los primeros meses de embarazo, reduce el riesgo de malformaciones como espina bífida, labio leporino, paladar hendido y enfermedades al corazón. Se encuentra en harinas fortificadas (con las que se fabrica el pan y pastas en Chile), cereales fortificados, brócoli, porotos, espinaca, repollos de bruselas, lechuga, zanahoria, lentejas, maní, naranja, yema de huevo y soya.
  • La fibra de frutas, verduras y cereales integrales cumple un importante rol en la embarazada, que sufre frecuentemente estreñimiento. También evita una ganancia excesiva de peso ya que aumenta la saciedad y ayuda a controlar los niveles de azúcar y grasas en la sangre.
  • Beber al menos 2,5 litros de agua evitando bebidas azucaradas y exceso de bebidas ricas en cafeína. Esto previene el estreñimiento, hemorroides e infecciones urinarias.