El Drenaje Linfático Manual (DLM) es una técnica que activa y potencia la función del sistema linfático en el cuerpo. Este ayuda a recolectar los desechos y líquidos que se acumulan a nivel intersticial, por lo tanto, ayuda a descongestionar y aliviar el edema producido en el cuerpo.

Las embarazadas pueden presentar retención de líquido por los siguientes motivos:

  • cambios hormonales.
  • aumento de peso.
  • falta de movimiento.
  • antecedentes de base como mala circulación o várices.

El DLM puede realizarse durante el embarazo tanto en cara como en brazos, pero principalmente en piernas, con una frecuencia de 1 a 3 veces por semana según el caso (es preferible una evaluación previa realizada por un profesional).

Se aconseja partir en el segundo trimestre y prolongarlo durante todo el embarazo. La mayoría de las personas aumenta la cantidad de sesiones cerca de la semana 30, como también en épocas de más calor. En el posparto se recomienda evaluar las condiciones de la paciente para ver si es necesario continuar el tratamiento.

Beneficios

  • Mejora el retorno linfático y venoso.
  • Previene las complicaciones del edema, como várices, celulitis, sensación de pesadez en las piernas.
  • Ayuda a la embarazada a relajarse y mitigar los dolores o incomodidad que pueda tener.
  • Mejora la capacidad de la mujer durante el embarazo, evitando el letargo y la falta de ganas de hacer cosas.

Cómo se hace

  • Se posiciona a la paciente en la camilla boca arriba, luego boca abajo o de lado, según su tolerancia.
  • Se estimulan ganglios linfáticos.
  • Luego, con distintas técnicas manuales de arrastre se realiza un movimiento suave y continuo en dirección a los ganglios, abarcando zona anterior y posterior. El profesional con experiencia es capaz de aplicar mayor o menor presión sobre áreas más o menos comprometidas. Esta es la principal diferencia con los equipos de presoterapia, pues éstos no pueden discriminar afección de áreas.
  • Se realizan 45 minutos de tratamiento.
  • Complementario a esto se sugiere aumentar la ingesta diaria de líquido, realizar ejercicio periódico como caminata, evitar tiempos prolongados de pie o sentada, controlar el peso y poner las piernas en alto en periodos de descanso.

 

Fuente: Clínica Dermacross.