Se aproxima la temporada estival y las vacaciones familiares, las cuales contemplan diversión, descanso y esparcimiento. No obstante, debemos tomar los resguardos necesarios para disfrutar de este periodo y evitar que un paseo se arruine producto de una enfermedad.
Y es que existen algunos problemas que pueden agudizarse con las altas temperaturas. Por este motivo, el especialista de Clínica Ciudad del Mar, Dr. Fernando Fuentes, recomienda reconocerlas a tiempo para enfrentarlas de la mejor manera y continuar disfrutando del verano.

Enfermedades digestivas

La gastroenteritis es una de las patologías más comunes. Sus principales síntomas son diarrea, náuseas, vómitos, dolor abdominal (tipo cólico) y deshidratación. Puede producirse debido a una intoxicación alimentaria e infecciones. Otra enfermedad que aumenta en periodo estival es la hepatitis A, la cual se puede contraer al comer alimentos o beber agua contaminada por heces que contienen el virus. Para prevenir debemos consumir alimentos frescos y en lugares higiénicos, además de evitar la ingesta de productos crudos y alimentos pesados de manera excesiva. Por otro lado, es fundamental la limpieza de los productos y el lavado de nuestras manos antes y después de ir al baño y de comer.

Picaduras de insectos

La picadura más común es la del zancudo. Suele producir infección en la piel cuando las personas se rascan, permitiendo el ingreso de bacterias. Si existe un aumento importante de la inflación y dolor se recomienda acudir a un centro médico para su evaluación. Se sugiere contar con un repelente y ubicar el centro asistencial más cercano para acudir en caso de emergencia, además de conocer con antelación la geografía del lugar, condiciones sanitarias y clima.

Mordedura de araña de rincón

Puede suceder durante todo el año, pero es más frecuente en primavera y verano. Suele ocurrir al comprimir la araña de forma accidental contra la piel, cuando la persona duerme (38%) o al vestirse (32%) con ropa colgada por largo tiempo. La mordedura es frecuente en la cara y extremidades. Se requiere de frío local, inmovilización y elevación de la zona afectada. En caso de sospecha de mordedura, la persona debe consultar al servicio de urgencia o a un dermatólogo.

Enfermedades de la piel

Las quemaduras a la piel son bastante comunes en verano debido a la exposición prolongada al sol y/o ausencia de protectores. Por otro lado, las alergias también son frecuentes por el contacto con ciertos bloqueadores y agentes químicos utilizados para limpieza de piscinas. Otra de las patologías comunes es la micosis, producida por un hongo que se adhiere a la piel.
Para evitar las quemaduras no debemos exponernos por tiempo prolongado al sol, además de utilizar un bloqueador idóneo para nuestra piel y administrarlo con frecuencia. Para evitar la micosis se recomienda mantener la piel seca.

Enfermedades respiratorias

Principalmente encontramos la bronquitis y faringitis, causadas comúnmente por los cambios bruscos de temperatura, donde los niños suelen ser los más afectados. Por otro lado, la otitis es una enfermedad que aumenta en el periodo estival, se presenta con dolor de oídos y su contagio se produce por las bacterias y hongos de las piscinas. Para prevenirlas debemos evitar exponernos a cambios de temperatura drásticos, que producen una congestión en las vías respiratorias. Además, si decidimos nadar en el mar o piscinas, debemos utilizar los medios protectores adecuados.

Infecciones urinarias

Suelen ser más comunes en verano y afectan principalmente a mujeres, debido a la humedad de los trajes de baño, que propicia la aparición de hongos. Se presenta con dolor y mayor frecuencia al orinar. Si el dolor es persistente, se recomienda consultar al médico.

Accidentes por inmersión

Suelen ocurrir por no esperar el tiempo suficiente luego de la ingesta alimenticia, además de conductas imprudentes en el mar, piscinas y lagos. En este sentido, es importante educar —especialmente a los menores— sobre la espera de un tiempo considerable para bañarse luego de comer, no jugar peligrosamente y actuar con precaución.

Virus Hanta

Se transmite a través del contacto con deposiciones y orina del roedor. Los síntomas son similares a los de una gripe intensa, con fiebre, malestar general, cefalea y/o problemas gastrointestinales, entre otros. Se asocia a residencia o visitas a sectores rurales; contactos con roedores silvestres o haber efectuado actividades de riesgo, como desmalezar o ejecutar la limpieza de espacios deshabitados en las últimas 6 semanas sin protección. Si existe esta condición, se debe acudir a urgencia.
Para prevenir el contagio con Virus Hanta es aconsejable:
Ventilar lugares que han permanecido cerrados por largo periodo de tiempo.
Desinfectar utilizando mascarilla y guantes.
Desmalezar al menos 30 metros alrededor de la casa que será habitada (usar mascarilla y guantes).
Manejar correctamente la basura, es decir, enterrarla lejos de la casa.