Llega el verano y con él las esperadas y merecidas vacaciones. Playa, campo o piscina… Los panoramas pueden ser muchos, pero lo importante es garantizar que las vacaciones sean un tiempo de verdadero descanso.

A continuación, los expertos de Cetep comparten una serie de consejos para asegurar un verano lejos del estrés, y donde el cuidado del bienestar es lo más importante.

Sé consciente del momento en el que estás

Prohibido pensar en el trabajo, las responsabilidades que se dejaron, o las tareas que se deben realizar al regreso. Es importante aceptar que la vida tiene momentos para todo, y el descanso es uno de ellos. Por eso, enfócate en disfrutar de las vacaciones como un espacio para el descanso, sin presiones, dando un sentido a las vacaciones.

Quita el pie del acelerador y aprovecha para descansar

El descanso no es negociable y es de vital importancia no sólo para la salud física, sino también para tu salud emocional y mental. Que las vacaciones no se transformen en una carrera por hacer una lista de panoramas que terminaran por generar más estrés. Haz todo con calma y escucha tu cuerpo, privilegiando momentos reparadores; disfrutando por ejemplo de dormir hasta tarde o de un rico masaje.

Disfruta de la alegría y vitalidad que trae el verano

El verano se distingue por los días más largos, con más luz para disfrutar de paseos y actividades al aire libre. Si la rutina del trabajo te obligaba a estar la mayoría del tiempo en espacios cerrados, poco ventilados, y rodeados de pantallas y aparatos electrónicos… Asegúrate de que las vacaciones hagan una diferencia: Desconéctate y sal a pasear, a hacer deporte en el exterior, pasea descalzo por la playa, haz un picnic con amigos. Respira y percibe a través de tus sentidos lo que te ofrece el mundo exterior.

Conecta con tu interior

Ciertamente la rutina del trabajo, a veces no permite conectar con nuestras emociones. Es clave hacerse un espacio y preguntarnos cómo estamos, qué queremos, qué soñamos. Las vacaciones son el momento idóneo para generar espacios personales para encontrarse con uno mismo, y comenzar a transformarlos en hábito. El diálogo interior nos permite descubrir si estamos viviendo de acuerdo a nuestros valores y principios. El cierre del año y el comienzo de un nuevo ciclo pueden ser la excusa perfecta para hacer balance y definir propósitos que se conecten con nuestra voz interior.