Una de las tendencias que nos caracteriza hoy es la búsqueda de lo natural. Y la miel es una de las sustancias naturales más generosas. Se ha usado desde tiempos inmemoriales por sus propiedades sorprendentes, ya sea como alimento o en productos cosméticos.
La miel es recomendada para todos los tipos de piel y, en función de qué ingredientes se combinen, se puede aumentar su poder para alguna función específica.
Y es que las ceras, azúcares y pequeñas cantidades de minerales, enzimas, vitaminas y aminoácidos que la conforman, la convierten en un bálsamo para la piel. Sus propiedades antioxidantes eliminan los radicales libres ayudando a proteger la piel de daños que producen la radiación solar. También sirve para la recuperación de pieles resecas y dañadas.
La miel se utiliza en la elaboración de productos cosméticos como cremas, jabones y mascarillas que se destinan al cuidado del cutis, la cara en general y al cabello, entre otras aplicaciones.
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