Todos los años, el hantavirus se transforma en un riesgo para quienes salen de vacaciones a lugares apartados. Y es que los grupos de mayor riesgo son los residentes de áreas rurales, trabajadores agrícolas y forestales, y los visitantes y excursionistas seducidos por la belleza y tranquilidad de parajes con abundante vegetación nativa (bosques y matorrales) cubierta de hierbas, con presencia de granos y frutos silvestres. El roedor que transmite la enfermedad, el ratón de cola larga, se encuentra entre la III y la XIII Región, preferentemente en lugares apartados de zonas urbanas.

El experto en Prevención de Riesgos de la Mutual de Seguridad CChC, Juan Carlos Ahumada, explica que el cuadro clínico que provoca la variedad de hantavirus en Chile se denomina Síndrome Cardiopulmonar por Hantavirus y se asemeja a una gripe. Se caracteriza por un compromiso respiratorio agudo, dolores musculares y, en algunos casos, por síntomas gastrointestinales. Las personas se contagian al respirar pequeñas gotas frescas o secas, o aire contaminado por saliva, orina o excrementos de este ratón; ingerir alimentos o agua contaminada con orina, heces o saliva de estos roedores; tener contacto directo con excrementos o secreciones de ratones infectados (por ejemplo, tocar ratones vivos o muertos con las manos descubiertas, contacto directo de heridas con ratones o su orina, saliva o heces); tocar cualquier objeto donde haya sido depositado el virus (herramientas, utensilios, muebles, ropa) y luego acercar la mano a la nariz, ojos o boca; y ser mordido por un ratón infectado.

Para prevenir el contagio de esta peligrosa enfermedad, que puede causar la muerte de la persona, el experto entrega los siguientes consejos:

En el campo:

•Mantener las malezas y pastizales cortados a ras de suelo y despejado de desechos y escombros en un radio de 30 metros alrededor de la vivienda.
•Usar guantes y mascarillas al desmalezar, cortar o manipular leña.
•Cuidar los animales que protegen de los roedores, como culebras, zorros o lechuzas.
•Ventilar por 30 minutos antes de ingresar a un lugar que ha permanecido cerrado.
•Usar guantes a la hora de asear los espacios.
•Rociar agua con cloro o detergente antes de barrer o limpiar.
•Sellar con planchas de lata -pegadas y clavadas-, con cemento u otro material firme las aberturas que tengan un diámetro igual o mayor a medio centímetro, en escuelas, galpones, viviendas y bodegas.

En casas:

•Mantener alrededores de su casa limpios de restos de alimentos.
•Desratizar y sellar su vivienda y bodega.
•Cortar a ras de suelo arbustos y matorrales cercanos.
•Mantener la basura en recipientes con tapa. No botarla en la calle o en sitios eriazos.
•Conservar los alimentos en envases resistentes y con tapas.
•Limpiar con agua con cloro o detergente pisos, mesones y superficies (el virus no resiste la luz solar, detergentes y desinfectantes).