La primera sonrisa de un bebé suele aparecer hacia el final de su segundo mes de vida. En esta etapa el llanto sin motivo aparente se vuelve menos frecuente y la relación entre padres e hijos muestra un ritmo y una rutina para sus días y noches. Los bebés, que ahora están despiertos por periodos más largos, comienzan a comunicarse en la mejor forma posible: a través de su sonrisa.

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