Cómo enfrentar el estreñimiento en niños
El estreñimiento es muy frecuente en la edad pediátrica: constituye el motivo de consulta de un 3 a 5% de los niños que acuden a pediatría general y de un 25% o más de los pacientes referidos a la consulta del gastroenterólogo infantil. Existe la impresión generalizada entre los gastroenterólogos pediátricos, que la consulta por estreñimiento ha aumentado en forma notoria en los últimos años. Desde el punto de vista evolutivo, el estreñimiento puede seguir un curso agudo y durar sólo algunos días, o ser crónico y persistir por semanas, meses y aún años. El estreñimiento es un síntoma, es decir, puede producirse por muchas causas, pero en la gran mayoría de los casos no existe una causa orgánica que lo explique y son los factores ambientales (psicológicos, familiares y culturales) los más importantes en su génesis y duración. Durante el período de lactante, la madre suele exagerar con respecto al estreñimiento del niño. Se preocupa demasiado ante variaciones normales en la frecuencia de las evacuaciones y efectúa por su cuenta tratamientos inadecuados que resultan contraproducentes, como estimulación anal con un termómetro, colocación de supositorios o “calitas de cardenal”, etc. Esto provocará dolor anal y rechazo a evacuar. En el niño mayor, en cambio, tiende a ocurrir el fenómeno contrario, ya que muchas veces esta patología se subestima y el menor llega a la consulta muy tardíamente, con las complicaciones propias de la constipación crónica que a veces son difíciles de tratar. El comienzo del estreñimiento puede producirse por muchas causas, como cambios en la dieta, enfermedades febriles, reposo en cama, deshidratación, intervenciones quirúrgicas, cambios de domicilio o de escuela, problemas familiares, nacimiento de un hermano, etc. Hay tres períodos en los cuales el niño está especialmente vulnerable a tener constipación: En algunos casos no se logra identificar una causa precisa, y en ellos puede existir una predisposición genética para esta afección. Si el estreñimiento es de corta duración, la defecación puede reiniciarse fácilmente con el uso de laxantes o enemas. Sin embargo, como consecuencia de una constipación aguda, y debido a la evacuación de deposiciones aumentadas de diámetro y consistencia, se produce dolor anal al evacuar, y el menor, que después del año de edad ya tiene conciencia de su capacidad de retener voluntariamente las deposiciones, empieza a hacerlo para evitar el dolor. Peor aún, si las deposiciones son demasiado duras y voluminosas, suelen producirse fisuras anales (heridas en el canal anal) que pueden ocasionar un dolor anal aún más intenso. Esto se traduce en que se mantenga un estreñimiento que no pasará mientras no se ablanden las deposiciones y cicatricen las fisuras. [irp posts=»657″ name=»Cómo sacarle los pañales a mi hijo»] La causa más frecuente de estreñimiento crónico en pediatría es la decisión de los niños de evitar las evacuaciones en forma repetida, por temor al dolor anal. La retención voluntaria provoca un círculo vicioso, que puede esquematizarse de la siguiente forma: El estreñimiento crónico puede comenzar en el primer año de vida, pero alcanza su máxima frecuencia entre los 2 y 4 años de edad. Los síntomas más comúnmente asociados a esta afección son dolor y distensión abdominal, irritabilidad, inapetencia, sangramiento anal por fisuras, ensuciamiento involuntario con deposiciones que manchan la ropa interior (conocido con el nombre de “encopresis”) y que se produce por rebalse debido a la retención fecal, e infecciones urinarias a repetición provocadas por compresión de la vía urinaria (vejiga y uréteres) y por las masas fecales acumuladas. El tratamiento que se adopte dependerá del grado y severidad del estreñimiento. Si se trata de un estreñimiento leve que se está iniciando, deben implementarse rápidamente medidas dietéticas, aumentando el aporte de verduras, frutas, zumos de frutas, cereales “genuinos” (poco refinados). Al mismo tiempo debe iniciarse un entrenamiento para establecer evacuaciones periódicas. Debe ponerse un horario regular de evacuaciones, una o dos veces al día después de las comidas, dedicando 10-15 minutos a los intentos de defección y otorgando recompensas positivas, evitando el castigo. Si el estreñimiento es muy severo, hay complicaciones (fisuras anales, encopresis, etc.) o se ha hecho crónico es necesario consultar a su pediatra, quien deberá tomar las medidas para vaciar las masas fecales acumuladas con la ayuda de medicamentos, tratar las fisuras anales y, si lo estima necesario, solicitar algunos exámenes. Es necesario tomar las medidas dietéticas señaladas y hacer un entrenamiento adecuado para ir al baño. Además, es importante estar alerta ante la aparición de cualquier episodio de estreñimiento agudo, para evitar que se inicie el círculo vicioso dolor-retención-dolor, que puede dar origen a un estreñimiento crónico. Por: Dr. Francisco Larraín, gastroenterólogo infantil.
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Normalmente se define el estreñimiento como una alteración en la frecuencia, tamaño y consistencia de las deposiciones. Esta definición no es muy precisa; la frecuencia con que distintos niños sanos evacuan su intestino es variable: desde una o más evacuaciones diarias, hasta una evacuación cada dos o más días, variación que es dependiente de la edad del menor, y de factores culturales y dietéticos. En forma más precisa, se habla de estreñimiento cuando hay una retención anormal de materias fecales, con evacuaciones difíciles y eliminación de deposiciones aumentadas de consistencia y muchas veces de diámetro, que causan molestia y dolor al paciente.
¿Cuáles son las causas del estreñimiento en el niño?
Tres periodos
Genética
Dolor anal
¿Cuáles son los síntomas del estreñimiento crónico?
¿Cuál es el tratamiento?
¿Qué aspectos deben ser tomados en cuenta para prevenir?