La alimentación es el factor ambiental más importante que determina el crecimiento y desarrollo en los niños. Para que sea óptimo debemos cubrir bien los requerimientos nutricionales del niño, ya sea en la lactancia o en el inicio de la alimentación sólida.
Leer artículo completo Durante el primer año de vida se produce un crecimiento muy acelerado. En la mayoría de los niños, el peso de nacimiento se duplica a la edad de 4 meses y se triplica al año. Se produce también un incremento acelerado de la talla, la que al año de vida aumenta aproximadamente en un 50%. Como ejemplo podemos decir que un niño que al nacer pesa 3,5 kg y mide 50 cm., a los 4 meses su peso asciende a 7 kg, y la talla a 60 cm. Al año llega a pesar 10 kg y mide 75 cm. El acelerado crecimiento de esta edad hace que los requerimientos de todos los nutrientes expresados por unidad de peso sean muy superiores a los de otras etapas de la vida. Por ende, una alimentación inadecuada puede tener consecuencias serias en etapas posteriores.
Al nacer, el niño presenta reflejos de succión y deglución muy vivos que le permiten mamar y tragar alimentos líquidos (lactancia). A esa edad, los alimentos sólidos son rechazados por el reflejo de extrusión y expulsados mediante movimientos de la lengua. Este reflejo desaparece entre los 4 y los 5 meses de vida, permitiendo así el inicio de la alimentación sólida o no láctea.
Tome nota
- Se recomienda iniciar la alimentación sólida a la edad de 6 meses, cuando el niño ha estado con lactancia materna exclusiva, y a los 4-5 meses de edad si está recibiendo alimentación láctea artificial.
- La alimentación no láctea pone en contacto al niño con alimentos de textura, forma, color y sabor diferente a la leche. También lo familiariza con el uso de la cuchara y más adelante le permite desarrollar el acto de la masticación.
- Los alimentos le aportan algunos nutrientes que se encuentran en baja concentración en la leche, como las vitaminas D y C, algunos minerales (hierro, zinc, oligoelementos) y fibra.
- Se inicia con una papilla de frutas y luego con una sopa-puré de carne con verduras, que reemplaza el biberón de mediodía.
- Los ingredientes básicos de la sopa-puré son la carne de vacuno o de ave, y algunas verduras como la papa, zapallo, zanahoria, acelga o espinaca. Posteriormente se pueden agregar otras verduras como zapallos italianos, betarragas, porotos verdes, alcachofas o espárragos.
- En el momento de servir se agrega una cucharadita de aceite vegetal crudo, que aporta ácidos grasos esenciales, muy importantes para lograr un crecimiento óptimo.
- A los 6 meses pueden agregarse cereales como arroz, fideos, sémola, nutrina, avena o chuchoca.
¿Mucho zapallo o zanahoria?
El uso exagerado de zanahoria o zapallo puede teñir la piel del niño de un color amarillento, lo que se conoce con el nombre de “carotenosis”. Se debe a la impregnación de la piel con caroteno, pigmento contenido en esos vegetales.
El color es similar al de la ictericia, pero a diferencia de lo que ocurre en esta enfermedad donde se tiñe la piel y las conjuntivas oculares, el caroteno solo tiñe la piel. La carotenosis no reviste ninguna gravedad y desaparece al disminuir el aporte de estas verduras.
Hora de cenar
- La segunda comida o cena se puede indicar dos o tres meses después de la primera, reemplazando el biberón de la tarde.
- Para decidir su introducción debe existir una buena aceptación del almuerzo y un adecuado incremento del peso, para asegurarse que la incorporación de la cena no signifique una disminución del aporte de nutrientes.
- Entre los 8 y los 10 meses de edad se pueden agregar legumbres en forma de puré (porotos, lentejas, arvejas, garbanzos) una o dos veces por semana; y al año de edad, huevo y pescado.
- Estos se incorporan recién en este período debido al riesgo de alergia, que aumenta en los niños atópicos o en aquellos con antecedentes familiares de alergia.
- Después del año de edad el niño debe incorporarse en forma progresiva al sistema normal de alimentación de la casa, que idealmente debe considerar 4 comidas diarias.
Por: Dr. Francisco Larraín, gastroenterólogo infantil.
Gracias por compartir estos consejos de alimentación, me preocupaba justamente la ingesta de zanahoria, ya que a mi bebé le gusta mucho pero me habían recomendado que era mejor no abusar de este vegetal. Hasta el momento no he notado nada malo pero de todas maneras, voy a aportar más variedad a su ingesta de verduras. ¿Recomiendan algunos vegetales en especial para niños menores de 2 años?