Hijos demandantes: ¡lo quiero ahora ya!
“¡Dámelo ya!”, «Quiero ese juguete», «Voy a salir a la plaza, y punto». Los gritos y demandas de tu hijo se vuelven desesperantes y preocupantes… ¿Cuándo y cómo aprenderá a esperar? ¿Habrá un día en que puedan pedir las cosas adecuadamente y aceptar con calma cuando no salgan como ellos querían? La buena noticia es que los niños pueden aprender a esperar (autocontrol) y a tolerar la frustración. La mala es que es un proceso que toma varios años.
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Si la disciplina no ha sido la más adecuada en casa, los hijos llegan a la vida adulta sin haber dominado estas características, y lo demuestran con berrinches y mal comportamiento, a pesar de haber cumplido la mayoría de edad. Por este motivo, estas lecciones son de las más importantes en la formación de tu hijo. No solo quieres que aprendan sobre paciencia y autocontrol para que no te aturdan con llantos y pataletas. El saber esperar les permite aplazar o evitar conductas de riesgo, como la actividad sexual, ingerir alcohol o fumar. La tolerancia a la frustración le servirá para salir adelante cuando la vida le presente obstáculos, y lo preparará para tener mejores relaciones interpersonales. Virtudes fundamentales, ¿no crees? Y ahora viene la parte difícil: ¿cómo se las enseñamos? Permíteme algunas ideas: Desde el momento en que tu hijo empiece a gatear puedes darle pequeñas lecciones de paciencia y autocontrol. Cada pataleta que manejes adecuadamente (no contacto visual/no contacto verbal/recibe atención cuando se calma) le enseñará que no consigue nada con gritos y demandas. Que obtiene tu atención cuando su voz y su conducta son adecuadas. Entre más pequeño sea, más rápido se instituirá esta metodología como parte de la “cultura familiar”. Clave. Nada describe mejor el autocontrol que quedarse en la cama cuando los papás están despiertos. Determina la hora de dormir y establece una rutina que se mantiene firme hasta que tu hijo la haya dominado. Requiere de gran esfuerzo de los papás, pero los beneficios son de largo plazo. Inscribir a tu hijo en algún deporte, clase de música, pasear regularmente al perro del vecino o cumplir con una responsabilidad casera (sacar la basura, limpieza del cuarto, etc.) —además de sus actividades académicas—, le ayudará a tu hijo a desarrollar el autocontrol. Tu ejemplo será una de las herramientas más eficientes con las que cuentas para enseñar tolerancia a la frustración y autocontrol. Si tu hijo observa a un papá que grita cuando está enojado, o una mamá que da portazos cuando está molesta, ese será el modelo de conducta que tu hijo adquirirá para expresar sus sentimientos. Cada vez que tu hijo deja lo que quiere y acepta lo que sus papás o alguna otra figura de autoridad le indica, se fortalece e internaliza esta conducta. Hazle notar tu aprobación de tal manera que sepa que obtiene algo positivo cuando reacciona adecuadamente. Esos son algunos principios en los cuales puedes basar tu estrategia educativa. Ahora, permíteme darte algunos lineamientos por edad: Por: Mónica Bulnes de Lara. Sigue a Mónica Bulnes en Instagram (@preguntaleamonica). Si tienes una consulta sobre este tema que quieras plantear a la psicóloga entra a www.preguntaleamonica.com y te la responderá sin costo alguno.
Si tienes una buena estrategia disciplinaria, tu hijo puede tardar hasta 10 años para no hacer pataletas cuando sufre un revés. El autocontrol toma un poco más de tiempo, pues es hasta la última etapa de la adolescencia (18-19 años) cuando finalmente es establece el carácter y el joven deja de estar a merced de sus impulsos, empezando a tomar buenas decisiones por su propio bien.
1-Empieza pronto:
2-Hora de dormir:
3-Actividades que exijan disciplina:
4-Modela:
5-La práctica hace al maestro:
Hijo: cada cosa a su edad