La Dra. Paula Ruz, otorrinolaringóloga pediátrica de Clínica Vespucio, define la amigdalitis como “la inflamación de las amígdalas causada básicamente por infecciones virales, que es lo más frecuente, o bacterianas”.
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La especialista señala que el dolor de garganta es habitual en este cuadro, pero en niños pequeños también se puede producir “babeo”, fiebre si la causa es bacteriana, sensibilidad en el cuello por inflamación de ganglios y, eventualmente, dolor de estómago. Nos referimos a un evento agudo cuando se presenta:
- Dolor de garganta intenso.
- Amígdalas rojas.
- Otros síntomas asociados, como mucosidad y/o tos.
- Presencia de pus en las amígdalas y fiebre alta (entre 39 y 40 grados, por causa bacteriana), corresponde a un absceso periamigdalino que requiere drenaje del absceso y, en algunos casos, cirugía.
Los menores de 5 años están más expuestos a sufrir amigdalitis virales, debido a que todavía no consolidan sus defensas. Estos cuadros no requieren antibióticos y se presentan con fiebre suave. “Suelen contagiarse en lugares cerrados, donde hay niños que también padecen infecciones virales. Los ejemplos típicos son los jardines infantiles y las salas cunas”, señala la Dra. Ruz.
Etapas de la amigdalitis aguda
- Sobre los 5 años, su origen es bacteriano y se presenta con fiebre más alta, pero sin síntomas de resfrío.
- Después de los 12, la amigdalitis se vuelve menos frecuente.
- En la adultez, se da en un contexto de pacientes que sufren cuadros a repetición, es decir, la enfermedad se hace crónica.
En estos casos, la especialista sugiere la extirpación de las amígdalas. En general, se recomienda cuando los cuadros son muy frecuentes, entendiendo por esto lo siguiente:
- 7 episodios de amigdalitis en un año.
- 5 cuadros anuales por 2 años.
- 3 eventos anuales por 3 años.
- La amigdalectomía también es conveniente:
- Si el paciente ronca o hace apnea.
- Si presenta asimetría o una amígdala más grande que la otra.
- Si hay mal aliento bucal producto de cálculos dentro de la amígdala (tonsilolitos).
- Cuando las amígdalas sangran, eventualidad que se conoce como amigdalitis necrohemorrágica.
Tratamiento de la amigdalitis bacterial
En caso de amigdalitis bacteriana por estreptococo del grupo A o pyogenes, no se requiere de cirugía, pero sí una evaluación y tratamiento antibiótico para disminuir la posibilidad de complicación como fiebre reumática o glomerulonefritis aguda.
Amigdalitis viral: prevención
Las amigdalitis virales se previenen con higiene, lavado de manos y evitando el contacto directo con gotitas respiratorias y personas enfermas. Es muy importante alejar a niños y pacientes inmunocomprometidos de las fuentes de contagio.
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