Si bien este tipo de dolores de cabeza pueden asociarse a elementos predisponentes hereditarios, muchos de ellos también pueden ser desencadenados por factores externos, como el estrés o ansiedad, malos hábitos de sueño, ingesta de determinados alimentos, sedentarismo, cambios hormonales, e incluso, debido al uso excesivo de pantallas.
De acuerdo con la Dra. Pilar Aldana, neuróloga infantil de Clínica Vespucio, si bien la preocupación siempre está asociada a reconocer las cefaleas que puedan ser originadas por alguna causa estructural, también hay que considerar que son más habituales aquellas consideradas agudas.
“Estas acompañan a enfermedades comunes como resfríos, gripe, otitis, sinusitis, entre otras, frecuentemente presentan otros síntomas y son autolimitadas”, dice la especialista.
Señales de cefalea en niños
En general, cuando los niños presentan dolor de cabeza, los padres lo notan porque ellos expresan la molestia.
“Desde pequeños, los menores pueden entregar información bastante precisa sobre la localización, características del dolor, intensidad u otros”, indica la profesional de Clínica Vespucio.
A su vez, existen otros signos que pueden ser observados en los niños como decaimiento, inapetencia, fiebre, náuseas, vómitos, dificultades visuales o déficits motores.
En el caso de lactantes o pacientes con alguna condición que les impida expresar verbalmente su dolor, es más difícil diagnosticar la cefalea.
No obstante, existen algunos síntomas que pueden alertar sobre su presencia: irritabilidad, llanto inconsolable, fontanela (“parte blanda” de la cabeza del recién nacido, que está en el sitio donde las placas que forman el cráneo todavía no se han unido) abombada en lactantes, compromiso del estado general, etc.
Clasificación de las cefaleas
La Sociedad Internacional de Cefaleas (IHS) indica que estas se pueden clasificar según sus causas:
- Cefaleas primarias: sin compromiso anatómico de estructuras intra y extracraneales, relacionadas con el origen del dolor. Estas incluyen las cefaleas tipo migraña, cefalea tensional, entre otras.
- Cefaleas secundarias: con anormalidad en las estructuras intra o extracraneales, relacionadas con la génesis del dolor. Aquí se incluyen las infecciones del sistema nervioso central o extra encefálicas, hemorragias, tumores o lesiones expansivas, etc. Este grupo es el que más asusta a las familias y el cual exige un diagnóstico precoz para lograr un tratamiento oportuno.
Además, las cefaleas también se pueden estudiar según sus características:
- Tipo de dolor: Pulsátil, opresivo, de puntada, quemante.
- Ubicación: Unilateral, bilateral u otra localización específica.
- Forma de inicio: Aguda o crónica.
- Evolución: Progresiva o no progresiva.
- Recurrencia del dolor.
“Al momento de evaluar a un niño con cefalea y orientarnos a la causa de su dolor, es necesario considerar estas características junto con otras como el horario en que aparece, presencia de aura previo al dolor, desencadenantes, intensidad, síntomas asociados, agravantes y atenuantes, síntomas neurológicos, fiebre, entre otros. Finalmente, completar con antecedentes médicos personales y del historial familiar”, indica la Dra. Aldana.
Recomendaciones para padres
La especialista comenta que los padres siempre deben tener presente las “banderas rojas” que alertan sobre un dolor de cabeza por el cual es necesario consultar en el servicio de urgencia. Estos elementos son:
- Toda cefalea en niños menores de 5 años.
- Si el dolor se manifiesta de madrugada.
- Si cambia el patrón de sus características habituales.
- Sentir la peor cefalea de la vida (por su gran intensidad).
- Cefalea que empeora a lo largo del tiempo.
- Si se acompaña de síntomas neurológicos (rigidez de nuca, compromiso de conciencia, fiebre, déficits motores u otros).
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