Cómo acompañar las rabietas desde el respeto
El desborde emocional, materializado en forma de rabietas, es un proceso de aprendizaje normal dentro del desarrollo del niño. Es la frustración ante un deseo que no puede cumplir. Cuando un niño llora, te necesita; es la única herramienta que tiene para pedir ayuda.
Leer artículo completo
Cuando el niño llora necesita sentirse acompañado desde el respeto y amor incondicional, necesita afecto; no necesita más gritos ni elevar más su nivel de estrés. Le hace falta que un adulto ponga calma a una situación de angustia. Nosotros solo escuchamos el llanto del niño, pero en ese momento su interior está cargado de frustraciones, falta de comunicación, carencias afectivas, enfado, miedo, dolor, ansiedad, emociones no gestionadas, inseguridades, etc. Comienza tu momento de actuación: agáchate, ponte a la altura de sus ojos para conectar con la mirada, utiliza un tono de voz pausado y calmado, pregúntale si le puedes ayudar en algo y qué necesita. No le grites, ya que solo conseguirás que aumente el estrés para todos y la situación se convierta en una lucha de poder. El niño debe sentirse querido, acompañado y comprendido; si no es así se frustrará más de lo que está. Trata de conectar con tu hijo. No es el momento de argumentar nada en el momento más alto de su enfado. Cuando baje el nivel de cortisol podrás hablar de lo que ha ocurrido y buscar juntos una solución al problema. Si en ese momento te ves superada por la situación, vete del área de conflicto y, si puedes, trata de delegar en otra persona que esté cerca. Por ejemplo, si tienes prisa, no pases por ningún parque ya que, probablemente, se quiera quedar ahí. Ve preparada con agua, algo para comer, y algún juguete que le guste. Hazle saber que su emoción es válida. Dale sentido a lo que está pasando: “Entiendo que estés enfadado, a mí también me gustaría quedarme un rato más en casa de los abuelos, pero es tarde y mañana tienes colegio”. Es muy importante que el niño sepa que llorar no es malo. No menosprecies el motivo de su enfado con frases como: “Deja de llorar”, “Se llora por cosas más importantes”, “Eso no es nada”, etc. Jamás le compares: “Mira, tu amigo no se enfada como tú”. El niño está sufriendo, no le imites ni le ridiculices con frases como: “Cuando lloras te pones muy feo”. No es momento de echar nada en cara. Nunca le dejes solo en un momento de estrés, te necesita cerca. Muéstrate cercana y cariñosa. En ocasiones, cuando el niño está en su pico más alto de estrés puede pedirte que te vayas. Puedes apartarte un poco durante unos segundos, pero nunca saliendo de su área de visión y diciéndole: “Me quedo aquí cerca por si me necesitas”. Pregúntale si puedes darle un abrazo. Si en ese momento no quiere, puedes esperar unos segundos y volver a preguntárselo. También le puedes decir: “Me encantaría que me dieras un abrazo, ¿me lo das?”. No le agarres a la fuerza, ni lo sujetes si no lo desea; así solo conseguirás aumentar su frustración y estrés. Puedes ayudarle con respiraciones, poniéndole la mano en el pecho, unos cariños, un abrazo, etc. El niño necesita contacto físico. Una vez haya bajado el nivel de estrés, es el momento de empezar a buscar soluciones, no culpables. Ofrécele opciones: «Entiendo tu enfado, te querías poner un pantalón corto, pero es invierno. Qué te parece si te pones uno de estos dos, ¿qué prefieres, el azul o el beige?». Es el momento de compartir tus emociones: “Yo también me he enfadado, no me ha gustado que me gritaras”. Y, si fuera necesario, pedir disculpas. Por: Carmen Prieto Ribó. Neuroeducadora y autora del libro «No me grites, abrázame» (Editorial Saralejandría). Especialista en comportamiento infantil y juego en la Primera Infancia. Cofundadora de Ubuntu, Asociación Española de Crianza Respetuosa y Consciente. Instagram: @carmenprieto_crianza
Cuando se producen las rabietas nos vemos atrapados en un huracán de emociones. Es un momento estresante para todos, por eso conviene actuar de una forma pausada, calmada, desde el amor y el respeto. No es un ataque personal, por eso no debes tomarlo como tal.
¿Qué hacer ante las rabietas?
En este momento el niño necesita que le transmitas toda tu calma y paciencia:
Anticípate:
Mírale a los ojos, escucha y háblale con calma:
El niño en este momento necesita comprensión, no ser juzgado:
Apartarse un poco:
El niño necesita contacto físico:
Es importante canalizar todo ese enfado:
Opciones:
Compartir emociones: