La fonoaudióloga de
Cetep, Andrea Castillo, explica que para esta interacción conviene utilizar frases cortas, gestos y señalar acompañado de la palabra. Así fomentarán la comprensión y producción del lenguaje.
«En el caso de los niños pequeños que están en proceso de adquisición del lenguaje y de los sonidos del habla, es importante la interacción e imitación en todo momento. Compartir el cariño y la afectividad son una fuente valiosa para la estimulación y el aprendizaje”, sostiene.
Corrección de errores
En un comienzo los niños simplifican las palabras a un idioma que ellos pueden emitir según sus capacidades. Esto se llama proceso de simplificación fonológica.
Con el tiempo, estos procesos de simplificación van desapareciendo, dependiendo de la edad del niño, la estimulación que tenga con el medio y la maduración del proceso adquirido.
Entonces, de acuerdo con la fonoaudióloga, cuando ellos emiten una palabra mal pronunciada el adulto debe ofrecer un buen modelo de corrección. Por ejemplo, si el niño dice “ota” por pelota incitando a jugar, el adulto responde “vamos a jugar con la pelota”. A esto se le llama corrección fonética y fonológica.
Y agrega que no se deben usar frases negativas como “no, así no se dice” o que el adulto imite la palabra del niño “vamos a jugar con la ota”, porque en este caso no corrige el error. Al contrario, lo refuerza y el niño no logrará aprender la palabra correcta.
Otra recomendación es no contestar siempre por él. Es decir, cuando le preguntan qué edad tiene o cuál es su nombre debemos dejar que él o ella responda.
Técnicas para fomentar el habla
- El habla paralela: Es útil para niños pasivos o con poca iniciativa verbal. Se habla sobre las acciones que realiza el niño o comentarios acerca de su acción, tomando el ejemplo anterior “esta es una pelota, ¿quieres jugar con la pelota?”.
- Extensión semántica: Proporciona nuevas palabras y conceptos relacionados con lo que ha emitido el niño, por ejemplo, “¿quieres jugar con la pelota o con el auto?”.
- Expansión sintáctica: En su respuesta el adulto utiliza los elementos del mensaje infantil en una estructura más compleja. “jugaremos con la pelota grande y azul”.
En conclusión, los niños necesitan oportunidades y tiempo para expresarse por sí mismos. Si aún no emiten palabras, trate de darles alternativas para sentir la necesidad de verbalizar. Realice preguntas abiertas como «¿qué quieres de postre?».
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