Estamos en pleno verano y el calor sin parar abre paso a un sinnúmero de actividades al aire libre. Para refrescarnos solemos bañarnos durante largo rato en piscinas. Además comienzan las clases de natación en algunos centros deportivos y estadios. Si bien es un sano panorama, poco se habla del cuidado de los oídos y las complicaciones que puede generar un simple chapuzón.
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Por ello es importante tomar algunos resguardos para evitar cualquier problema de salud que pueda obstaculizar la entretención, sobre todo en los niños.
“Cuando nadamos en una piscina nuestros oídos están expuestos a la entrada de bacterias, virus y hongos presentes en el agua. Esto —sumado a las altas temperaturas— genera un ambiente perfecto para la proliferación de infecciones y la aparición de las llamadas otitis externas”, señala Bernardita Alvear, académica de la Escuela de Fonoaudiología de Universidad de Las Américas.
Protección natural de los oídos
La experta aclara que esto no ocurre siempre ya que nuestro cuerpo tiene un sistema de protección a base de una cera, llamado cerumen. Este tiene por función defender al oído de estas infecciones.
“Por ello no se recomienda utilizar los llamados cotonitos dentro del conducto auditivo, ya que eliminan el cerumen que recubre la piel del oído, disminuyendo la capa protectora y facilitando la entrada de las infecciones. Además, aumenta la probabilidad de rupturas de tímpano y generación de tapones de cerumen, por lo que jamás debiesen utilizarse para este fin”, sostiene Alvear.
Tome nota
Cuando estemos en una piscina es importante evitar cualquier entrada de agua al oído, por lo que la experta de UDLA aconseja el uso de tapones.
“Si nos exponemos con frecuencia a piscinas públicas o practicamos natación el riesgo aumenta. Ahí se hace necesario tomar medidas preventivas como el uso de protectores auditivos para el agua, los que se pueden adquirir en tiendas de deporte y que impedirán que el agua pueda penetrar a sectores más sensibles. Si no cuenta con este elemento debe secar bien el oído y eliminar el agua restante, inclinando la cabeza y presionando la parte posterior del lóbulo hasta que se libere”, explica.
Por último, Bernardita advierte que si se presenta dolor, picazón persistente o supuración debe acercarse a su centro de salud correspondiente. “Es importante visitar a un especialista como el otorrinolaringólogo en caso de molestias en los oídos, o ir al servicio de urgencia si presenta síntomas de progresión avanzada como fiebre, inflamación y dolor intenso. La población que requiere mayor atención son los niños y las personas diabéticas”, explica.
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