Diversos estudios demuestran que golpear a los niños (nalgadas), cachetadas y otras formas de castigo corporal no funcionan para corregir el comportamiento de un niño. Lo mismo pasa con los gritos y con hacer sentir mal (avergonzar) a un niño.
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Fuera de ser ineficaces, este tipo de castigos pueden también hacerle daño a la salud física y mental del niño a largo plazo.
El ciclo nocivo de las nalgadas
- La Asociación Americana de Pediatría aconseja que los padres y cuidadores no deben dar nalgadas o golpear a los niños. En lugar de enseñarles responsabilidad y autocontrol, los golpes aumentan la agresividad y la ira en los niños.
- Un estudio de niños nacidos en veinte ciudades de los Estados Unidos descubrió que las familias que usaban castigo corporal se vieron atrapadas en un círculo vicioso: entre más se golpeaba a los niños, aumentaba el mal comportamiento más adelante, lo que incitaba más golpes (nalgadas) como respuesta.
- Los efectos de los golpes recibidos pueden afectar, además, las relaciones entre padres e hijos debido a que podría enseñar que el hecho de causar dolor a alguien se justificaría si uno se siente frustrado por algo, incluso a las personas que amamos. Los niños que son golpeados tienden a golpear a otros cuando no obtienen lo que quieren.
Marcas que perduran
- El castigo físico aumenta el riesgo de lesiones, especialmente en los niños menores de 18 meses de edad, y puede dejar otras huellas considerables (cuantificables) en el cerebro y el cuerpo.
- Los niños que son golpeados muestran niveles más altos de hormonas ligadas al estrés tóxico.
- El castigo físico puede también afectar el desarrollo del cerebro. Un estudio descubrió que los adultos jóvenes a los que se les había golpeado con frecuencia tenían menos materia gris, la parte del cerebro ligada al autocontrol, y obtuvieron resultados más bajos en evaluaciones del CI (coeficiente intelectual) comparados con adultos jóvenes del grupo de control.
Abuso verbal: palabras que lastiman
- Gritar a los niños y usar palabras que causen dolor emocional o vergüenza también se ha descubierto que no funciona y causa mucho daño.
- La disciplina verbal severa (garabatos u otras frases hirientes), incluso por parte de padres que son la mayoría de las veces cariñosos y afectuosos, puede ocasionar mayores problemas de comportamiento y salud mental en los niños.
- La investigación demuestra que la disciplina verbal severa o cruel, que se hace más común a medida que los niños crecen, puede ocasionar problemas de comportamiento y síntomas de depresión en los adolescentes.
Fuente: Healthy Children.org (Academia Americana de Pediatría)
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