Cuando hablamos de vínculo emocional nos referimos a una conexión afectiva que implica emociones intensas, cercanía y una relación duradera. A través de nuestra vida formamos diversos vínculos emocionales con amigos, compañeros de trabajo o colegio. Sin embargo, no generamos vínculo de apego con todos ellos.
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El vínculo de apego comparte características con el vínculo emocional, pero el rasgo más importante es la búsqueda de seguridad y protección ante una situación estresante, peligrosa o angustiante para el niño/a.
Padres-cuidadores
La calidad del apego en un niño/a toma en cuenta la disponibilidad de sus figuras de apego (cuidadores) y la capacidad para atender a sus necesidades de atención, por lo que la sensibilidad y accesibilidad juegan un papel muy importante.
En este sentido, los investigadores del tema Bowlby y Ainsworth llegan a 4 categorías para definir los tipos de apego presentes en los niños:
Apego de tipo seguro:
- Estos niños sienten ansiedad ante la separación, pero vuelven a sentirse seguros al reunirse con el cuidador.
- Sienten confianza en el cuidador, quien se transforma en una base segura para momentos de angustia.
- Saben que el cuidador está disponible y es sensible a sus necesidades.
- Estos niños tienen buena autoestima y sensación de valía de sí mismos.
Apego de tipo evitativo:
- Estos niños no tienen confianza en la disponibilidad de su cuidador.
- Muestran ansiedad ante la separación y desinterés en el reencuentro (no buscan al cuidador).
- Son niños que evitan el contacto con su cuidador para no sufrir.
- El cuidador muestra rechazo y rigidez en el contacto (es distante con el niño).
- Existe una independencia del niño y su cuidador, tanto física como emocional.
- Los niños con este tipo de apego suelen verse como demasiado controlados y autónomos para su edad.
Apego de tipo coercitivo o ambivalente:
- Son niños que muestran ansiedad ante la separación y no logran tranquilizarse en el reencuentro.
- Se sienten inseguros y ambivalentes al expresar malestar, ya que aun cuando suelen ir hacia el cuidador le expresan a su vez frustración y enojo.
- Estos niños muestran actitudes exageradas para asegurar una atención más coherente por parte del cuidador (llanto, pataletas).
- El cuidador muestra disponibilidad y accesibilidad solo en ciertas ocasiones.
- La relación de apego suele basarse en el conflicto y la descoordinación entre el niño y su cuidador.
Apego de tipo desorganizado:
- Estos niños evidencian gran inseguridad, miedo y desprotección.
- Al reencontrarse con el cuidador tienen conductas confusas y contradictorias.
- Por lo general, el cuidador atemoriza al niño y es su principal fuente de estrés.
- El niño queda en un estado de miedo sin solución.
Condiciones necesarias para un buen apego
- Sensibilidad
- Aceptación del niño
- Estimulación contingente
- Capacidad de anticipación
- Capacidad de equilibrar el control y autonomía del niño
- Apoyo intelectual y afectivo en la realización de tareas
Por: Sofía Correa Filgueira, psicóloga infanto-juvenil de Grupo Cetep
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