Desde los ojos de un adulto, podemos decir que no hay nada más bonito en este mundo que ver a las niñas y a los niños siendo felices, sanos e inocentes. Sobre todo inocentes. Personitas que juegan, ríen y sueñan a lo grande porque para ellos no existe la palabra imposible.

Los adultos debemos proteger la magia de la infancia y podemos hacerlo desde algo tan sencillo como la decoración de sus dormitorios, ya que este es el espacio de la casa donde gran parte de su creatividad y pensamientos fluyen libremente.

Te mostramos algunos ejemplos de dormitorios muy inspiradores para desarrollar la creatividad.

Diversión asegurada

La única preocupación y primera obligación que debería tener un niño en su vida es divertirse. Por eso, intenta que su dormitorio sea un centro de descanso, pero también de juegos.

Imaginación al poder

Las habitaciones infantiles temáticas son una opción decorativa. Hay quienes optan por el reino animal, por un barco pirata, por un castillo, etc. Lograrlo es relativamente fácil, eso sí, hay niveles y niveles. Es decir, puedes hacer desde cosas tan sencillas como poner un mural vinílico de animales, hasta recrear un árbol con peluches colgando de las ramas dentro del dormitorio. Los recursos tampoco son los mismos, claro. En este ejemplo puedes ver cómo se puede ambientar un dormitorio en un circo, simplemente con pintura. Bonito y sutil, ¿no crees?

Los más pequeños de la casa pueden ser auténticos terremotos y agotarte la energía, pero siguen siendo niños y necesitan sentir que están protegidos. Muchos, además, le temen a la oscuridad cuando se van a dormir. Para ayudarles en este sentido, las lámparas infantiles que emiten una luz tenue son de gran ayuda. En este ejemplo, se trasciende la típica lámpara con forma de estrella o luna, para convertirla en la protagonista de la decoración del dormitorio. Un oso sosteniendo una encantadora luna… Así, seguro que no tendrán miedo a la oscuridad.

Espíritu aventurero

Hay niños que desde chiquititos tienen un espíritu aventurero más acentuado que el de otros de su entorno. Son inquietos, quieren explorarlo todo y no temen los pequeños obstáculos que se van encontrando por el camino. Es decir: saltan, corren y se arrastran por cualquier lugar. Para satisfacer esa parte de su naturaleza, convierte su dormitorio en un centro de aventuras creando un lugar para escalar en la pared. Considerando las debidas medidas de seguridad, claro.

Un mundo para descubrir

Cuando son pequeños es normal que los niños crean que son el centro del universo, y en cierto modo lo son. No obstante, es bueno que aprendan que el mundo es muy grande y que hay niños y niñas de otras culturas que viven de formas muy distintas. Descubrirlas es apasionante y un importante aprendizaje. Puedes fomentarlo decorando las paredes con un gran mapamundi,  te servirá para contarles cuentos e historias de todo el mundo.

Un poco de privacidad

Los niños también necesitan sentir que gozan de cierta «privacidad». Tener un espacio en casa en el que puedan estar con ellos mismos y dejar fluir su pensamiento e imaginación sin estar bajo la mira de los adultos. Es un ejercicio necesario para que vayan desarrollando su personalidad. Para ayudarles a encontrar ese sitio, puedes crear una “cueva” o “rincón” secreto debajo de su cama. Como el de la imagen, con cortinas y muchos cojines. Allí podrá leer cuentos, dibujar o esconderse para dejar volar su imaginación.

El orden como parte de la vida

Que dejemos a los niños jugar y ser aventureros no implica que no deban aprender a hacerse responsables de su desorden. Por eso, es una buena idea incluir en el dormitorio espacios de almacenaje creativos, que estén a su alcance para contribuyan a ordenar sus cosas. A medida que vayan creciendo, ¡lo agradecerás!

 

Fuente: Habitissimo (www.habitissimo.cl)