La OMS recomienda que entre los dos y los cinco años los niños usen pantallas (TV, tablet, celular) como mucho una hora al día. Y si es menos, mejor… frase que debiese guiar a los padres a medida que sus hijos crecen.

Lo cierto es que la exposición prolongada a pantallas produce riesgos en diferentes áreas: neurológicos, psicológicos y oftalmológicos.

«A nivel ocular se demostró en estudios en ratas que las ondas emitidas por las pantallas LED afectan las células de la retina, produciendo daño visual a largo plazo. Asimismo, cuando los niños están expuestos a pantallas de cerca por muchas horas (tablet, celular) hay un aumento de la acomodación y la convergencia acomodativa a nivel ocular (proceso que ocurre para lograr enfocar las imágenes de cerca). Esto podría producir falsas miopías y estrabismo convergente, lo cual se manifestaría con visión borrosa», explica la Dra. Emilia Giobellina, oftalmóloga de Clínica Dávila.

Radiación

Por otra parte, el Dr. Andrés Díaz —oftalmólogo de Clínica Ciudad del Mar— sostiene que los estudios preliminares demuestran que se produce daño por la radiación emitida por las pantallas en diferentes tejidos del ojo.

“Aunque no hay estudios actuales que nos recomienden el uso apropiado de ellas o que justifiquen el uso de filtros en los anteojos, esperamos en el mediano plazo contar con ellos. Mientras tanto, la recomendación actual sería limitar su uso, especialmente en los niños más pequeños”, señala.

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