Una de las cosas que más aman los niños es dibujar y pintar. Desde pequeños sienten felicidad cuando les pasamos una hoja en blanco, lápices o pinturas, dando rienda suelta a su imaginación con líneas, trazos, figuras y colores. Además, es una actividad que propicia y ayuda en la estructuración de la motricidad, la escritura y la creatividad. Pero no solo eso: los dibujos han sido objeto de análisis por parte de psicoanalistas, ya que pueden ser una fuente valiosa de datos para conocer o acercarse al mundo interior del niño en sus distintas etapas de desarrollo.
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