El cambio de temporada trae consigo oscilación en las temperaturas. Y con ello se desencadena una serie de enfermedades que, sin los cuidados pertinentes y sumado a causas ambientales, pueden escalar a afecciones mayores.

“Las condiciones de contaminación ambiental e intradomiciliarias, hacinamiento, humedad, fríos intensos, enfermedades crónicas previas, favorecen las complicaciones asociadas a estas enfermedades”, sostiene el Dr. Víctor Aliste, médico broncopulmonar de Vidaintegra.

El Dr. Alfredo Labarca, jefe de Operaciones de Help, explica que una de las primeras señales relacionadas con el peak de estas enfermedades comienza en junio.

“En general, la primera alerta del aumento de las enfermedades respiratorias se da en los servicios de urgencia, los que empiezan a colapsar con el brote de estas enfermedades invernales relacionadas a los virus de enfermedades respiratorias”.

Toma nota

Desde un resfriado simple a una enfermedad más crítica, como lo es la influenza, son algunas de las razones por las que las personas se acercan a los centros de salud. Sin embargo, ¿qué síntomas indican que debes acudir a urgencia? Los especialistas broncopulmonares César Maquilón de Clínica Dávila y Javier Cerda de Clínica Vespucio destacan:

  • Fiebre prolongada mayor a 38°C por más de 48 horas
  • Dificultades respiratorias
  • Lenguaje entrecortado
  • Náuseas o vómitos
  • Color oscuro de labios y uñas
  • Desgarro con sangre al toser
  • Dolor torácico al toser

Aprender a distinguir

A diferencia de un resfrío común que corresponde a un cuadro de malestares menores, como congestión nasal e inflamación de la mucosa de las fosas nasales, “la influenza es una enfermedad que se caracteriza por una fiebre sobre 39 grados de 5 a 7 días de duración, muchas veces con cefalea intensa, inapetencia, dolor torácico y tos que puede durar 4 semanas, impidiendo hacer cosas habituales”, explica el Dr. César Maquilón.

La influenza es una de las enfermedades más peligrosas asociadas al cambio de estación. “En general debe ser controlada por un médico desde el principio, ya que, por el riesgo de complicación en su evolución, puede favorecer el desarrollo de neumonías graves”, comenta Dr. Víctor Aliste.

¿Cuáles son los tratamientos?

“En la mayoría de los casos es sintomático, por lo que analgésicos, antiinflamatorios y descongestionantes son adecuados. No se deben usar antibióticos, salvo en casos de sobreinfección por bacterias, en cuyo caso debe ser confirmado por un médico”, sostiene Aliste.

¿Qué pasa con los medicamentos naturales?

Si bien no hay consenso por parte de los médicos respecto al tema, ambos concuerdan en que se deben seguir las medidas recién sugeridas y la hidratación constante del paciente.  Por una parte, el Dr. Aliste menciona que “la miel y el limón pueden tener un efecto sintomático siempre que sea moderado”, mientras que el Dr. Maquilón opina que “si la evolución de la enfermedad es benigna, eso ocurrirá con o sin medicamentos naturales”.