¿Es bueno obligar a los niños a saludar con besos?
Saludarnos con besos y abrazos está muy integrado en nuestra cultura en forma de saludo, incluso con personas con las que no tenemos mucha confianza.
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Para un niño es una acción con la que expresan a sus personas de referencia el gran amor que sienten por ellos; no se lo dan a cualquiera. No tiene mucho sentido presionar al niño para que salude con un beso o con un abrazo a personas que no ha visto en su vida o con las que apenas tiene confianza. Cuando se obliga a un niño a dar un beso que no quiere dar, se produce una situación muy incómoda, de ansiedad y angustia para el niño. El adulto fuerza la situación, porque se ve presionado y juzgado por las miradas de los demás y por el “qué dirán”. No quiere que piensen que su hijo no está “bien educado”. Los buenos modales son muestras de respeto hacia los demás. Para tenerlos, no hace falta tener manifestaciones de afecto, amor o cariño con la otra persona. Cuando un niño no le apetece dar un beso puede ser por timidez, porque no le apetezca en ese momento, porque no está de humor, porque no le agrada la persona, etc. Con el tiempo, el niño se dará cuenta de que es un convencionalismo y lo hará sin que se le pida, pero nunca forzando la situación. A través de la experiencia aprenden a diferenciar los besos de amor de los besos de cortesía. El mensaje que le está llegando al niño es que siempre tiene que hacer caso de lo que le digan y que no pueden decidir sobre su propio cuerpo. Pueden tomar una actitud de vulnerabilidad al demostrar afecto de una forma forzada. Esto puede exponer al niño a situaciones de acoso o de abuso, que pueden ocurrir con personas cercanas al menor y ser el resultado de no saber decir que no al contacto físico, ya que han sido obligados a dar afecto y complacer a los demás sin tener control de su propio cuerpo. Por: Carmen Prieto Ribó. Neuroeducadora y autora del libro «No me grites, abrázame» (Editorial Saralejandría). Especialista en comportamiento infantil y juego en la Primera Infancia. Cofundadora de Ubuntu, Asociación Española de Crianza Respetuosa y Consciente. Instagram: @carmenprieto_crianza [irp posts=»15590″ name=»Enojo en niños: ¿cómo abordar esta emoción desde el respeto?»]
Los besos y los abrazos tienen un gran poder emocional: nos calman, nos reconfortan, nos consuelan y nos hacen sentir bien. Son actos de cariño que se deben dar de forma espontánea, cuando uno lo desea, ya que forman parte de nuestra intimidad.
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