Las infecciones respiratorias agudas en niños son la principal causa de hospitalización en pediatría. Con la implementación de las salas IRA, la intervención oportuna de la kinesiología respiratoria, especialmente en menores de 2 años y lactantes, ha colaborado en la prevención del sobreuso temprano de antibióticos, que genera resistencia a futuro en los pacientes.

La kinesiología respiratoria es indicada en cuadros obstructivos, que representan el 20% del total de consultas respiratorias pediátricas en la atención primaria de nuestro país.

Los principales agentes que generan cuadros obstructivos o infecciones respiratorias agudas en los niños, son más bien virales. El virus sincicial, adenovirus, influenza, sobre todo en los niños menores de 2 años, lideran el ranking de consultas. Ya en niños mayores en etapa escolar, los agentes patológicos infecciosos son predominantemente de origen bacteriano, casos en los que corresponde el uso de antibióticos.

“Actualmente las sesiones de kinesiología respiratoria que incluyen técnicas manuales también tienen un fuerte componente de educación familiar, de forma que se detecten en casa aquellos signos y síntomas de alarma, así como la reducción de riesgos en el entorno social. Se dan recomendaciones en caso de familias con fumadores, adecuada calefacción, uso correcto de inhaladores con aerocámara, modo seguro de toser y lavado de manos frecuente en el cuidador”, señala Gregory Villarroel, kinesiólogo y docente de la Carrera Kinesiología de la Pontificia Universidad Católica.

El académico indica que existen virus que afectan y obstruyen diversas zonas en el sistema respiratorio, desde nariz y laringe, hasta pulmones, como es el caso de cuadros bronquiales y neumonías. En cada caso se evalúa la ventilación pulmonar, de modo que el niño tenga mejores condiciones de respiración, sueño y calidad de descanso, y alimentación.

Notable mejoría

Pese a que para algunos padres pueden ser impactantes ciertas maniobras en la sesión de kinesiología respiratoria, todos coinciden en que una vez realizada, el paciente experimenta notable mejoría. “Sin duda la presencia de los padres en la sesión ayuda a que el niño se sienta seguro antes de permeabilizar la vía aérea y mejorar la ventilación”, asegura Villarroel.

Algunas recomendaciones en caso de infecciones respiratorias en niños son:

  1. En caso de lactantes, consulte al médico en caso de secreciones en nariz, dificultad respiratoria o aleteo nasal, silbido en el pecho, rechazo del pecho y llanto excesivo. No siempre un cuadro respiratorio incluye fiebre.
  2. La tos es un mecanismo de defensa que poseemos para eliminar secreciones y elementos extraños de nuestras vías aéreas. Solo use jarabe antitusivo en caso de tos seca y siempre con indicación médica. La tos con flema detenida induce la acumulación de secreciones y el desarrollo de cuadros respiratorios complejos.
  3. Si algún familiar presenta tos o estornudos, procure toser o estornudar en el antebrazo y lave frecuentemente manos, más aún si es cuidador de niños y lactantes.
  4. Ventile los espacios y luego cierre para calefaccionar evitando excesos.
  5. El uso de ungüentos mentolados no penetra a los pulmones, solo mejora por corto tiempo la capacidad respiratoria al ser inhalado.
  6. No use papel ni ceras en el pecho de los niños. No tiene ningún sustento científico, ni efectividad.
  7. Alimente al paciente solo hasta 1 hora antes de la terapia kinesiológica, para evitar el riesgo de vómito por tos y flema durante la sesión.
  8. Luego de la terapia kinesiológica se debe hidratar bastante al niño, ya que éste pierde mucha agua por la sudoración y además para mantener la adecuada hidratación de las secreciones, facilitando así la movilización de éstas.

El rol del llanto

Villarroel aclara responsablemente que la terapia kinesiológica respiratoria puede parecer violenta para los padres, pero ésta no ocasiona dolor ni daño alguno a los órganos internos del niño. “Los niños son bastantes flexibles y las técnicas manuales en la caja toráxica no generan dolor. Nosotros solo acompañamos el movimiento respiratorio natural del niño. Es muy importante el acompañamiento de un ser querido que infunda confianza y tranquilidad durante la sesión”, señala.

Para concluir, el especialista explica que si bien no se busca hacer llorar al niño, el llanto permite mover volúmenes más grandes de aire y colabora en el objetivo de eliminar mayor cantidad de secreciones. Sin embargo, Villarroel señala que en algunos pacientes con obstrucción severa, el llanto o el estrés puede empeorar esta condición. En esos casos no se recomienda la terapia kinésica o se debe realizar previamente una broncodilatación para evitar una complicación respiratoria. La kinesiología respiratoria es una indicación médica.