El verano es sinónimo de diversión y qué mejor que disfrutar este momento de esparcimiento en una piscina, playa o lago. Sin embargo, conductas arriesgadas como lanzarse un piquero pueden pasar la cuenta.

Los piqueros son peligrosos porque pueden generar una lesión de carácter grave y, en el peor de los casos, provocar la muerte. “En un piquero, se pone todo el peso del cuerpo para ingresar al agua de cabeza y eso se traduce en que la fuerza se transmite directamente hacia la columna vertebral, la cual da protección a la médula espinal”, detalla Guillermo Figueroa, académico de la Escuela de Kinesiología de la U. Andrés Bello.

Lesiones

Los piqueros mal ejecutados pueden provocar lesiones como compromiso de conciencia, un TEC (Traumatismo Encéfalo Craneano) abierto o cerrado, lesión medular completa, fracturas vertebrales, esguinces, entre otros. “La peligrosidad está determinada principalmente cuando no se utilizan las manos para entrar al agua y sólo se hace con la cabeza, además de no hacer un análisis del lugar donde se va a llevar a cabo dicho piquero”, explica.

El compromiso de conciencia dentro del agua podría generar una asfixia por inmersión y dependiendo del tiempo se ve cuán extensivo es el daño y las secuelas de éste. El experto alerta sobre la posibilidad de sufrir una lesión medular completa como la tetraplejia, es decir, una parálisis total en brazos y piernas causada por un daño en la médula espinal.

Qué hacer

Si ocurre un accidente, lo más importante es mantener la calma, pero al mismo tiempo se debe actuar rápido. “Lo primero es retirar a la persona lo más rápido y cuidadosamente posible del agua poniendo énfasis en cierta estabilización de la zona de cabeza-cuello, evitando los movimientos bruscos. Si se percibe un compromiso mayor, se debe llamar al SAMU 131 o al 137 si está en la playa, y así activar la cadena de emergencia en el menor tiempo posible”, señala.