Este año se implementó una novedosa iniciativa en Clínica Alemana que ha tenido gran aceptación por parte de los niños, sus familias y del personal de salud: los pequeños hospitalizados en pediatría y UCI son asistidos por perros con el fin de apoyarlos en su recuperación.

En este primer período, el “Programa de Perros de Asistencia Médica”, alianza entre Clínica Alemana y la Corporación Bocalán Confiar —cuya misión es dar apoyo emocional a los niños y sus familias durante su estadía en la clínica— causó revuelo. Es que la simpatía y el buen comportamiento de sus protagonistas, Rayen, un labrador de ocho años, y Franklin, un Shih Tzu de seis, están especialmente preparados para trabajar con niños en el ámbito hospitalario.

La doctora Carmen Gloria Marambio, jefa de Hospitalización Pediátrica de Clínica Alemana, explica que “estábamos buscando alternativas que mejoraran la estadía de los niños durante su permanencia aquí, especialmente de los que llevan mucho tiempo internados. Es habitual que dejan de jugar, se aburran y ya no quieran que entren a su pieza las personas que trabajan con ellos. Ahí es cuando el perro los empieza a motivar”.

Las intervenciones son dos veces a la semana, duran aproximadamente 45 minutos y cada día asisten a tres niños. “La elección de los pacientes es mediante prescripción médica ya que se trata de un programa de salud, en ningún caso de una visita social”, acota la pediatra.

Hay pacientes en los que se trabajan aspectos puntuales, como los relacionados al ámbito motor y, en otros, la interacción se centra más en jugar.

Beneficios en la salud

La doctora Paula Viviane, pediatra a cargo del programa, señala que entre los beneficios clínicos se encuentran una disminución en la dosis de analgesia, mayor actividad de los pacientes, mejoras anímicas y en la frecuencia cardiaca y presión arterial, entre otras. En pacientes con poca movilidad se ha detectado un aumento en su capacidad motriz.

Tal es el caso de Raimundo. Un menor de seis años internado por una infección muy dolorosa a los huesos, quien ha podido realizar esta terapia en dos oportunidades. Su madre, Isabel, señala que “con los perros, Raimundo, se libera mucho más. Si yo le decía levanta el brazo y estíralo me decía que no, me duele. Pero al jugar con el perro y tirarle la pelota, extiende completamente el brazo sin mostrar evidencia de dolor en su articulaciones”.

Medidas de seguridad

Rayén y Franklin tienen sus controles al día, se bañan antes de ingresar a las habitaciones y no interactúan con pacientes en aislamiento protector o de contacto, para evitar transmitir enfermedades entre ellos.

Los juegos terapéuticos en que participan los animales son guiados por un veterinario y una entrenadora, quienes premian a los cada vez que aciertan en la interacción esperada con los pacientes-niños.

Cuando la jornada concluye los perros de asistencia médica se retiran de la Unidad de Hospitalizados recibiendo el cariño de todo el personal de Clínica Alemana.

 

Fuente: www.alemana.cl