La lactancia materna tiene propiedades fundamentales para el recién nacido. La leche contiene proteínas, azúcares, minerales y vitaminas, entre otros nutrientes, que ofrecen al organismo del bebé inmunidad frente a diferentes agentes infecciosos.
Marlina Díaz es periodista. Decidió convertirse en asesora de lactancia tras la experiencia de un sobrino. Según cuenta, al nacer en la clínica le ofrecieron chupete para que no llorara tanto y le dijeron a la madre que se lo llevarían durante la noche para que ella descansara. También le aconsejaron que no le diera pecho antes de 3 horas y solo 15 minutos por lado. Al cabo de una semana, el bebé había perdido el 15% de su peso y tuvieron que darle relleno.
Luego de eso la madre no pudo amamantarlo de nuevo. Fue ahí cuando decidió llevar adelante una cruzada para informar acerca de la importancia de la lactancia materna. Tomó un curso sobre el tema en España y creó una cuenta en Instagram llamada @marlylactancia, donde entrega información gratuita a todas las madres que quieren saber más sobre esta etapa.
Sonríe Mamá & Familia conversó con Marlina para conocer detalles de su experiencia y de las razones que la llevaron a transformarse en una defensora de este tema.
¿Cómo fue tu experiencia de lactancia?
Cuando estaba embarazada me dediqué a prepararme para el parto. Busqué una clínica que tuviera un programa de parto natural y gracias a esto tuve una lactancia exitosa. No porque el parto vaginal tenga que ver con la producción de leche, sino porque contar con un equipo médico que esté informado de la importancia del apego inmediato, de la lactancia a libre demanda y de ayudar a la madre durante los primeros días de vida del bebé, es fundamental para el éxito de la lactancia posterior.
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¿Por qué decidiste extender la lactancia de tu hijo?
La OMS recomienda un mínimo de 24 meses. Parece fácil, pero es un número ideal que muchas madres no pueden o no quieren alcanzar y esto es muy respetable. Mi hijo Facundo tiene casi 2 años y sigo dándole pecho. Actualmente solo toma 2 veces y estamos en un proceso de destete muy respetuoso. Hay días en los que no me pide el pecho y yo no se lo ofrezco, y otros en que lo necesita más y nunca se lo niego. Esa es la base para lograr un destete guiado que no sea traumático para el niño y que no otorgue riesgo a la madre de sufrir mastitis por un destete brusco.
Yo no decidí seguir dándole pecho todo este tiempo, simplemente pasó. No lo hice porque lo dijera ninguna organización, sino porque me nacía hacerlo y no implicaba un sacrificio para mí. Ahora siento que Facundo está listo para dejarlo y yo también quiero terminar este proceso de la mejor forma posible para ambos.
Es ideal que las madres se tomen su tiempo y que no busquen ideales. Simplemente pueden seguir su instinto de madre, que pocas veces falla.
De acuerdo a lo que has investigado, ¿cuánto debería durar la lactancia?
Una de las cosas que aprendí en mi curso de lactancia en Edulacta España, y que me pareció muy interesante, es el hecho de que la lactancia materna tiene una duración natural mucho más larga de la que se piensa normalmente. A pesar de que no tenemos datos concretos y que la comunidad científica no llega a un acuerdo unánime sobre la duración de la lactancia, existen varios estudios que han demostrado que la media está más allá de los 2 años.
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Un ejemplo de esto es un análisis realizado por la antropóloga estadounidense Katherine Ann Dettwyler. En su estudio compara la duración de la lactancia humana con la de otros primates, a través de la relación del peso al nacer con el peso de la madre, la edad de erupción de los dientes, el tiempo necesario para multiplicar el peso, entre otros factores. Ella llegó a la conclusión de que la edad del destete natural del ser humano está probablemente entre los 2,5 y 7 años.
Además, podemos notar que la necesidad de succión de los bebés va mucho más allá del primer año. Nadie se sorprende de que un niño tome mamadera o use chupete con 2 o 3 años. Es algo que consideramos “normal”, pero cuando lo que succiona es el pecho de su madre sí nos parece un poco “exagerado”.
¿Cuáles son los principales beneficios de la lactancia?
La lactancia materna es un pilar de la salud pública ya que sus beneficios representan la supervivencia de miles de niños en el mundo. Los más evidentes para el bebé son la prevención de enfermedades respiratorias(gracias a las inmunoglobulinas de la leche materna), enfermedades gastrointestinales y diarreas. Los niños amamantados tienen menor riesgo de padecer obesidad, diabetes y caries en el futuro.
Por otro lado, hay estudios que señalan que las madres que amamantan tienen menos probabilidades de padecer cáncer de mama, osteoporosis y diabetes tipo 2. Asimismo, las madres tienen una mejor recuperación posparto, ya que la oxitocina liberada durante la lactancia ayuda a contraer el útero haciendo que vuelva más rápido a su lugar. Una lactancia exclusiva hace que sea menos probable un embarazo inmediato lo que ayuda a la recuperación de la madre.
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Sin embargo, más allá de hablar de los beneficios de la leche materna, que son muchos, debemos centrarnos en los peligros de la lactancia artificial, ya que dar relleno a un bebé no es inocuo y siempre debe ser recetado por un pediatra.
¿Cuáles son las condiciones básicas de una lactancia beneficiosa?
Para mí, la lactancia materna es un derecho de la madre y el niño; la ONU lo definió así en 2016. Con esta definición se pretende lograr que nadie intervenga en algo que es fundamental para la existencia humana. Un derecho no es una obligación. Sin embargo, es responsabilidad de la sociedad y del Estado trabajar para que todas las madres que quieran amamantar puedan hacerlo sin la intervención de terceros y para que ese derecho se cumpla.
Lo que más necesita una madre que amamanta es apoyo de los profesionales de la salud, que éstos se encuentren informados sobre cómo funciona el pecho materno, que pueda tener un parto respetado y que logre amamantar durante la primera hora de vida del bebé.