Un problema muy común en los recién nacidos y que preocupa a los padres es la Oftalmía Neonatal, más conocida como conjuntivitis del recién nacido. Es una secreción excesiva de los ojos, la que puede ser acuosa, sanguinolenta, espesa y purulenta. También se pueden hinchar los párpados, e incluso tornar rojos y sensibles. Cuando estos signos aparecen hay que llevar al recién nacido a un médico oftalmólogo. Él le realizará dos simples exámenes: analizar el cultivo de la secreción del ojo y efectuar un examen con lámpara de hendidura para buscar daño en la superficie del globo ocular.

Las causas pueden ser el uso de gotas oftálmicas antibióticas administradas en el parto, una obstrucción del conducto lacrimal o una infección bacteriana vaginal (la clamidia es el agente infeccioso más frecuente) transmitida por la madre al momento de de dar a luz. Esta última es la causa más grave.

Soluciones

De acuerdo a la Dra. Marlene Vogel, oftalmóloga del Centro Oftalmológico Puerta del Sol, esto debe resolverse de manera inmediata. Lo más común es utilizar gotas y ungüentos oftálmicos antibióticos tópicos, antibióticos orales y por vía intravenosa, dependiendo de la gravedad de la infección y del organismo responsable.

Ocasionalmente los médicos recurren a la administración oral y tópica simultáneamente (o tópica e intravenosa). Para eliminar la secreción purulenta acumulada se humedece el ojo con una solución salina normal. Si la conjuntivitis fue producto de una obstrucción del conducto lacrimal, ayuda el realizar constantes masajes (caliente-suave) entre el ojo y el área nasal. La cirugía puede ser necesaria si esta afección no se ha resuelto al año de edad.

La oftalmóloga de Puerta del Sol recalca que es muy importante actuar de manera inmediata. Las complicaciones pueden ser muy graves y requieren de tratamientos más complejos.