Dra. Amanda Céspedes: ¿Qué lecciones debemos sacar de la pandemia?
Sacar lecciones de la pandemia. Esa es la propuesta de la neuropsiquiatra Amanda Céspedes con respecto a la educación en Chile, un ámbito que se ha visto muy afectado por la imposibilidad de los niños de asistir a clases presenciales y las dificultades asociadas a las clase online, como la falta de conectividad e implementos tecnológicos con que deben lidiar miles de niños a lo largo de Chile.
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«Deberíamos sacar el foco de los contenidos (un adolescente usa solo el 20% de lo que aprendió en el colegio) y ponerlo en lo intelectual, social, emocional, espiritual y ético. Hasta cuarto básico debiéramos enfocarnos en desarrollar habilidades como la comprensión lectora, lectura crítica y fomentar la pasión por leer. Los niños debieran manejar la redacción de sus ideas creativas y habilidades de oralidad», destaca. Enseñar y aprender no es un evento. Aprender es un proceso donde el cerebro, a través de una red de millones de neuronas, se va armando. Se requiere la repetición con sentido para cualquier proceso de aprendizaje. Lo cierto es que el niño viene con un potencial que puede tomar dos caminos: En ese sentido, la neuropsiquiatra explica que debemos tener respeto por la capacidad de transformación que tiene el niño. La idea sería intervenir la malla curricular educativa para darle los ingredientes que necesita para pensar por sí mismo, ser creativo y tomar decisiones. «Es muy importante el rol del juego y la música en el aprendizaje. El juego es una actividad formativa en todo sentido: intelectual, social, emocional, social y espiritual. La música, por su parte, es esencial en la vida. Somos música. De hecho, las neurociencias señalan que la música está desde el origen del desarrollo porque en la corteza temporal del hemisferio derecho del niño se forma una red de decodificación melódica mucho antes de que se forme la red del lenguaje verbal en el hemisferio izquierdo. Somos seres musicales desde que estamos en el útero», puntualiza. Para Amanda Céspedes, el niño lo tiene todo para desarrollar al máximo su potencial intelectual, social, emocional y espiritual, y solo basta con acompañarlo con amor, respeto y atención. En ese sentido, los profesores juegan un rol fundamental. ¿Cómo? Educando con atención plena hacia el niño a través de la forma de hablar y de mirar. Frente a esta actitud del adulto el niño libera oxitocina, lo que le permite aprender con interés porque se siente protegido y amado. Durante los primeros 10 años la mente del niño es prodigiosa en su capacidad de conocer y transformar su mundo. «Cada generación de niños es mejor que la anterior porque la carga evolutiva agrega aprendizajes de la generación anterior. Pero su mente es frágil, por eso necesitamos tener lucidez y conciencia para formar a ese ser humano», explica. A medida que el niño crece, y se transforma en adolescente, va combinando una matriz de ingredientes (sabiduría y conocimientos) y empieza una “cocción» elaboración que durará entre 5 y 10 años; si hay buen material, va a lograr un buen conocimiento de sí mismo, seguridad y autoestima. Los adultos deben estar muy atentos en la adolescencia. «Los 17 años son una edad frágil, de transformación de sí mismo. Se gatillan los primeros episodios de esquizofrenia, bipolaridad, bulimia y otras psicopatologías. Esta es la última vez que el cerebro se transforma a sí mismo por orden genética, en una febril actividad. Disminuye la tolerancia al estrés«, señala. El encierro que impuso la pandemia a las familias las ha afectado en muchos sentidos. Pero Amanda Céspedes señala la importancia de que los padres se adapten sacando el mayor provecho posible de esta «cercanía obligada». «Los adultos deben aprovechar estos momentos para relacionarse afectuosa y cariñosamente con sus hijos. Lamentablemente, algunos padres y madres no han podido hacerlo por motivos laborales», indica. Los padres necesitan ser líderes para sus hijos, no es preciso controlarlos, deben guiarlos y eso significa poner límites. Estos límites deben establecerse de forma respetuosa, con empatía y confiando en los hijos para que tomen decisiones responsables. «Hoy se ha perdido el concepto de autoridad. No sirve tener una autoridad vertical donde el adulto es un sabelotodo y el niño debe escuchar y obedecer. Debemos acercarnos a un concepto de autoridad asociado al liderazgo y la autoridad positiva. El niño viene armado evolutivamente para responder a esa autoridad», comenta la experta. A continuación, se muestran algunos ejemplos de tipos de padres en relación con su forma de ejercer autoridad: Debemos tener conciencia de que cada niño conoce su camino y lo que debemos hacer los adultos es acompañar con amor, presencia y buena actitud. Todo ello redundará, sin duda, en un mundo con mayor colaboración y solidaridad. Para la neuropsiquiatra la tecnología es algo maravilloso, pero no existe sola: existe a través de nuestras mentes y nuestras manos. Y ahí se esconde un punto negativo: en el acceso a mundos poco recomendables que pueden llegar a afectar el buen desarrollo del niño. «Soy enemiga acérrima de que los niños menores de 5 años tengan acceso a dispositivos. El cerebro debe estar al servicio de la interacción con otros, como un ser social. Todo esto se desarrolla en los primeros 5 años de vida, y los celulares y tablets pueden atrofiar el cerebro social del niño. ¿Cómo los afecta? Impidiendo que lean las señales del entorno. Entonces, ellos se comportan sin tomar en cuenta y sin entender nada de lo que sucede en el entorno», explica. Amanda Céspedes recalca que para enriquecer la empatía se necesita de «personas de carne y hueso». Y es que hay niños que prefieren hablar con sus abuelos en forma virtual y no cara a cara. Eso claramente es un error. «Mientras sigamos en casa ocupados solo con nuestros dispositivos, sin conversaciones, se irá perdiendo la capacidad de expresarse a través de lo lingüístico», puntualiza. [irp posts=»6736″ name=»Amanda Céspedes: Los primeros 5 años de un niño determinan su futuro»]
La experta —docente y autora de numerosos libros sobre educación— conversó con Cristian Warnken para Emol TV, poniendo énfasis en que la pandemia ofrece una gran oportunidad de hacer un cambio en el sistema educativo chileno.
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Los niños y la tecnología