Duelo en pandemia: consejos para enfrentarlo
Durante la pandemia hemos tenido pérdidas de libertad de desplazamiento, pérdidas de trabajo, pérdidas de espacios de recreación para estar con amigos y familiares, etc. Por ello, es importante estar conscientes de lo que hemos vivido y seguimos viviendo, teniendo consideraciones especiales con nuestro cuerpo, mente y emociones porque han sido muy “golpeados” y no están funcionando de la misma manera que antes.
Leer artículo completo
Sonríe Mamá & Familia conversó con la psicóloga Mónica Bulnes, creadora del espacio Preguntaleamonica.com, para conocer su opinión experta sobre cómo enfrentar el duelo en estos tiempos. Ha sido muy difícil para todos los involucrados: para quienes han perdido a un ser querido y no pueden ser acompañados y consolados cercanamente por familiares y amigos, y para las personas que quisieran confortar de una manera más próxima y sencillamente no pueden hacerlo. Si ya el fallecimiento de alguien querido es un evento difícil que requiere tiempo para ser procesado, el hacerlo en medio de una pandemia lo hace aún más complicado. Sin embargo, aunque el duelo puede ser más largo, el encuentro (posterior a los funerales) con esos familiares y amigos puede ayudar a que las diferentes etapas del proceso puedan vivirse un poco mejor. El duelo es una respuesta natural ante la pérdida de algo o alguien que es importante para ti. Aunque generalmente se puede enfocar en una dimensión emocional, el duelo abarca también áreas físicas, conductuales, culturales, espirituales, etc. Aunque hay autores que proponen más, la mayoría concuerda con las propuestas de la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross: Ahora se sabe que cada persona vive el duelo de una manera individual, por lo que no todas pasan por las mismas etapas. Además, estas etapas no tienen un orden determinado, incluso se puede regresar a una ya vivida, aunque todos terminamos en la aceptación. Tampoco tienen una duración específica. No hay una “regla” de cuánto tiempo debiese durar el duelo. Cada persona debe vivirlo y procesar la pérdida a su manera y en su tiempo. En general, podría durar entre 6 meses y 2 años, pero hay casos donde continúa por más tiempo la tristeza y la nostalgia. Hay quienes se “sienten bien” a los pocos meses de la pérdida de un ser querido, y hay quienes a los 4 años del fallecimiento de un familiar siguen sintiéndose tan mal como el primer día. Hay algunas situaciones particularmente difíciles donde el buscar apoyo de un especialista puede ayudar a alguien en el proceso de duelo. Algunos ejemplos podrían ser: Obviamente, si una persona no ha vivido alguna de estas terribles situaciones, pero siente que requiere ayuda para pasar esta etapa, es conveniente que busque a un especialista. Todas estas son muy buenas ideas. Una le gustará mucho a una persona o le resultará muy dolorosa a otra y no querrá hacerla. Como he dicho, el duelo es un proceso absolutamente personal y cada uno debe definir lo que le funciona y le hace bien, y lo que, a su manera, honra la memoria de su ser querido. La culpa por sentir cualquier otra cosa que no sea pena puede ser abrumadora. Puede existir precisamente para que se sienta la tristeza de la pérdida. Pero esos primeros momentos de risa y de breve alegría son el inicio normal de un proceso de avance en el duelo. No importa lo pronto o lo tarde que ocurran esos momentos; significa que la mente está trabajando por llegar a la aceptación de la irremediable pérdida y significa que en algún momento —no sabemos cuándo— uno volverá a estar bien. A veces se construyen muchas expectativas (buenas y malas) previo a las fechas especiales relacionadas con un ser querido que se fue. Lo mejor es prepararse para que ocurra lo inesperado, porque con el duelo se dan muchas altas y bajas de emociones y es muy difícil planear cómo se sentirá uno, especialmente en los primeros aniversarios. Date permiso para expresar cómo te sientes y de hacer lo que te haga sentir más cómodo y mejor. Puedes planear una distracción o empezar una nueva tradición, o reunirte con personas que conocieron a tu ser querido para recordar cosas buenas, alegres o divertidas… o sencillamente no hacer nada. Recuerda: sin presiones ni juicios. Mi sugerencia es quedarse con lo que fue realmente significativo para uno como persona. Se pueden regalar algunos artículos especiales a quienes los aprecien por el mensaje que tienen para ellos y donar lo demás a personas que le pueden dar buen uso. Así, todas las cosas tendrán un buen destino, permitiendo que el ser querido deje un legado adicional. [irp posts=»2110″ name=»3 claves para enfrentar el duelo en los niños»]
Pero, sin duda, una de las pérdidas más importantes de este tiempo tiene que ver con la muerte de seres queridos con o sin Covid-19. Lo inesperado de la partida, la imposibilidad de despedirnos o la vivencia del duelo de manera más solitaria (sin familia extendida o amigos) por los aforos son situaciones que pueden ofrecer más dolor a una vivencia de por sí dolorosa.
¿De qué manera el cambio en los ritos, tras la muerte de un familiar o amigo, ha afectado a los cercanos?
¿Qué significa el duelo?
¿Cuáles son las etapas del duelo?
¿Hay señales que indiquen que nos quedamos atrapados en el duelo y que nos alerten respecto a pedir ayuda?
¿Cómo ayudar a quien ha sufrido la pérdida de más de una persona en estos meses?
Hay ritos o conductas como armar un altar, hacer un álbum de fotos, ir a lugares que frecuentaba la persona, reunirse con sus familiares y amigos, hablar de la persona o no hablar de ella. ¿Son recomendables?
Hay quienes se sienten culpables cuando vuelven a reír porque supuestamente debiesen estar tristes. ¿Por qué ocurre esto?
¿Qué recomiendas para las fechas emotivas, como el primer cumpleaños o aniversario sin esa persona?
¿Cuál es la recomendación para resolver qué hacer con sus cosas personales (ropa, dormitorio, hobbies)?