Duraznos, cerezas, frutillas, damascos y sandía son algunas de las frutas que llegan junto con el verano, desplazando a la manzana y la naranja, que nos acompañaron durante meses más fríos. Según la nutricionista de Centros Médicos Vidaintegra, Grace Arratia, “estos productos se caracterizan por un alto contenido de agua que ayuda al cuerpo a resistir las altas temperaturas y mantiene nuestro organismo hidratado”.

A pesar de que es importante consumir frutas todo el año, la especialista explica que durante el verano existe mayor variedad y disponibilidad de algunas que no aparecen en el resto de las estaciones. “Se debe tener en cuenta las porciones recomendadas, que son de 2 a 3 por día. Comer poca fruta puede generar déficit de vitaminas y minerales, además de estreñimiento por falta de fibra; mientras que ingerir demasiadas puede aumentar el aporte calórico de la dieta por el exceso de azúcar”, advierte.

Porciones

La nutricionista asegura que la cantidad de fruta a consumir dependerá también de los requerimientos personales de cada paciente. Además, es importante considerar que la porción recomendada varía según la fruta:

  • Cerezas: 15 unidades
  • Ciruelas: 3 unidades
  • Damascos: 3 unidades
  • Frutillas: 1 taza
  • Melón: 1 taza
  • Sandía: 1 taza
  • Piña: ¾ taza
  • Uva: 10 unidades

Grace Arratia agrega que el consumo regular de frutas y verduras disminuye el riesgo cardiovascular, primera causa de muerte en Chile. Además, algunas investigaciones han demostrado que existe relación entre la ingesta de algunas frutas y la disminución de probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer como el de boca, esófago, faringe, estómago y pulmones.

El melón y la sandía

Las frutas con alto contenido de agua nos ayudan a hidratarnos en época de calor, y en esto la sandía y el melón son dos referentes si se consumen en cantidades adecuadas. Aportan, principalmente, agua, vitaminas, fibra dietética y componentes nutricionales que actúan como antioxidantes en el organismo.

“En el caso de la sandía, contiene vitaminas B y C, caroteno, fibra y potasio, mientras que el melón aporta vitamina A y E, siendo un potente antioxidante, con efecto diurético y capaz de eliminar toxinas”, concluye la profesional.