Determinar cuánto tiempo frente a pantallas (celular, tablet, computador) es demasiado tiempo sigue siendo un tema de debate, incluso para los adultos.
Esto debido a que las usamos en diferentes contextos y podemos justificar su uso con razones fundamentadas: para hacer la tarea, realizar nuestro trabajo, relajarnos jugando algún videojuego, distraernos viendo una película o aprender algo viendo un documental o conferencia, por ejemplo.
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Preguntas
Sin embargo, un buen parámetro que puede ayudar para identificar si estás manejando tus dispositivos de manera saludable, es analizar si su uso provoca un impacto negativo en el concepto que tienes de ti misma, después de haber estado algún tiempo frente a tu celular. Por ejemplo, puedes preguntarte cómo te deja sintiendo como persona, o pareja, o madre o padre.
Otros parámetros son los que se usan también para evaluar otras adicciones:
- Deseo: ¿Quieres usar tu celular a costa de otras actividades?
- Tolerancia: ¿Necesitas usar tu celular cada vez por más tiempo? Si tu tiempo de pantalla está subiendo, tu tolerancia se está incrementando. Necesitas más tiempo para obtener la misma sensación de satisfacción que antes.
- Abstinencia: ¿Empeora tu humor cuando no puedes usar tu celular? Las personas pueden sentirse ansiosas, tristes o hasta molestas cuando no tienen acceso a su celular
El hacerte estas preguntas no tiene la intención de que te sientas mal contigo misma. La palabra adicción es fuerte. Tampoco te compares con otros. Enfócate en cómo te sientes cuando estás frente a tu celular y cómo te sientes cuando no lo estás usando.
Buenas ideas
Si determinas que lo mejor para tu bienestar y tus relaciones con los demás es bajar el tiempo frente a pantallas necesitas implementar algunos cambios. Lo siguiente es un buen inicio en el proceso de hacer nuevos hábitos:
- Restringir el uso de ciertas apps a determinadas horas del día.
- Almorzar sin ver el celular.
- Apagar o alejar el dispositivo a la hora de dormir.
Trátate con amabilidad. Es difícil hacer cambios de una herramienta que necesitamos tanto para el funcionamiento de nuestras actividades diarias. Recuerda que el problema no está en el aparato mismo, sino en el uso que le damos. Cuida siempre de tu bienestar y haz todo lo posible para construirte una vida mejor.
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