Padres: claves para evitar los gritos
Cuando ponemos fichas de dominó una tras otra y luego se vota la primera de la fila ¿qué ocurre? Cada pieza de domino comienza a caerse como en una danza interminable.
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Veamos el caso de la rabia: es una de las emociones más potentes y que conduce al movimiento de varias partes de nuestro cuerpo. Por esa razón, al experimentar rabia podemos literalmente sentir una explosión en donde las acciones son desprovistas de reflexión, llegando a acciones que usualmente llevan al arrepentimiento. Pero la rabia también nos lleva a conformar y estructurar ciertos límites de nuestra propia intimidad. Entonces, cuando algo o alguien sobrepasa esa demarcación sentimos rabia que llega puede llegar a emociones más intensas como la ira. Imagina esta situación: regresas de tu trabajo con mucho cansancio y te recibe tu hijo que tiene entre sus manos aquella prenda de vestir blanca que tanto te gusta, pero que transformó a distintos colores con sus lápices. En este escenario es difícil no experimentar rabia. Incluso podrías castigar a tu hijo y reaccionar con gritos, llevándote luego a la culpa. Como primera cosa debemos dejar claro lo siguiente: las emociones son completamente normales frente a determinadas situaciones. El desafío es orientar esa sensación para que no le grites a tu hijo, porque no solo causa un malestar en el ambiente hogareño, sino que daña zonas cerebrales relacionadas con la empatía. Además, pueden instaurarse en el niño conductas para evitar el miedo, mermando su posterior identidad. Pensando en estas consecuencias, una madre norteamericana se inspiró en crear “The orange rhino challenge” (El desafío del rinoceronte naranja), el cual promueve ciertas conductas para evitar gritar a los hijos por 365 días. ¿Qué herramientas podrían reducir los gritos y castigos? Toma nota de esto: Este desafío tiene como objetivo ir descubriendo diferentes alternativas para orientar la rabia, el enojo y frustración, emociones que podrían llevarte a conductas negativas. Es un proceso de aprendizaje, de ir paso a paso y conversar diferentes opciones. Si en este paso a paso ocurren situaciones donde tendemos a volver atrás, perdónate y pide perdón a tu hijo. Siempre puedes volver a intentarlo. El autoconocimiento y descubrir tus propias herramientas de autocontrol es un desafío que nos mueve, como el dominó, a desencadenar un conocimiento de uno mismo que es significativo, valioso y potente para nuestro actuar como madres o padres. Solo si conoces cuál es la primera pieza del domino podrás frenar los efectos en las demás piezas. Eso es lo que ocurre con las emociones: el foco no es el actuar del niño, el foco está en el actuar del adulto. Por: Carola Álvarez, psicóloga infanto-juvenil. Máster en Ciencias de la Familia Universidad Santiago de Compostela (España). Miembro de The International Marce Society for Perinatal Mental Health. www.sienteycuenta.cl – @sienteycuenta [irp posts=»11375″ name=»Aprende a hacer un horario de autocuidado»]
Eso mismo ocurre con las emociones. Al momento de sentirlas producen una cadena de acciones que se desencadena una tras otra hasta llegar, a veces, a límites insospechados.
La rabia lleva a los gritos
El desafío del rinoceronte naranja
La importancia del autocontrol