Lacaracola, como la llaman sus “alumnos”, es una mujer muy especial. Entrar a su taller es como estar dentro de un libro de cuentos infantiles rodeada de pinturas de niños, grandes esculturas de papel maché, materiales de reciclaje, murallas con papeles que nombran las distintas emociones, pinceles, plumones y lápices de colores.

A lo largo de 18 años, Carolina Galaz ha trabajado con numerosos niños y adultos en su taller extendiendo la metodología Lacaracola®, adaptada a los beneficios de la arte-terapia, también a pequeños que padecen cáncer en el Hospital Calvo Mackenna por medio de la Fundación A ser feliz.

Carolina se ha empapado del dolor y la lucha de numerosas familias que llegan a Santiago en busca de una cura para sus hijos. Pero está convencida de que a través del arte se puede aprender a sobrellevar el dolor de una mejor forma. Y también es una herramienta para mejorar la autoestima y descubrirse.

Conversamos con esta artista plástica autodidacta, quien además ganó el premio Mujer Impacta, para conocer detalles de esta metodología que reporta numerosos beneficios tanto a los niños y adultos.

¿En qué consiste la metodología Lacaracola®?

Nos enfocamos en el desarrollo de la creatividad por medio de la expresión plástica, para identificar, expresar y elaborar emociones. Tiene que ver con encontrar espacios de libertad responsable, en un formato de laboratorio y con materiales de reciclaje. Por ejemplo, si usamos cartón primero valoramos quién fue ese cartón, reflexionando para qué sirvió, y finalmente le damos una segunda oportunidad a través de la transformación plástica para resignificarlo en una cosa. Reciclando para cuidar. En términos personales eso se traduce en recomenzar, resignificar, recrear, hacerlo mejor, volver a ser humilde y sentirte que vales en términos creativos, que puedes. La metodología está disponible para el aprendizaje de inteligencias múltiples donde TODOS PUEDEN desde lo que son y tienen. Cada uno, desde su propia realidad, va a ser parte de su creación. La creación es la expresión de sí mismo como parte de un TODO.

La metodología tiene 3 instancias: la cognitiva, donde se adapta para que el niño incluya aspectos de aprendizaje donde se conozca a sí mismo; la lúdica, que requiere juego, improvisación y se involucra el cuerpo y a los otros; y la plástica, que tiene que ver con cómo a partir de esa creación involucro el material de reciclaje en el contexto que me rodea. Con esas tres instancias construimos una nueva manera de pensar, actuar, hacer y sentir.

¿Desde qué edad se puede participar? ¿Se requieren habilidades especiales?

Esta metodología tiene dos implementaciones: como taller y actividad extraprogramática, donde nos dirigimos a niños desde kínder a tercero medio. Participan niños y jóvenes con talentos ocultos y también con talentos visibles. Para todos es una herramienta donde mejorar habilidades sociales, seguridad y confianza.

La otra implementación es a través de la Fundación Lacaracola A Ser Feliz, donde hacemos un acompañamiento a través de arte-terapia dirigida a niños con cáncer y trasplante de médula.

¿Con cuántos niños has trabajado?

En 18 años Lacaracola tiene un recorrido donde han participado alrededor de 9 mil personas, cerca de 4.500 han sido niños y el resto han sido adultos de distintas áreas o empresas donde buscamos descubrir el niño que hay en cada uno. Desde donde volver a mirar en la infancia los pilares de quiénes somos hoy.

Vamos a abrir un taller en junio para kínder y primero básico, los días martes, porque nos han pedido mucho para esa edad. Sería fantástico llegar también a más colegios que quisieran implementar esta metodología.

En el Hospital Calvo Mackenna estamos hace 4 años y allí usamos la herramienta de la creatividad para acompañar la manifestación de la vida.

En tu trabajo con niños con cáncer ¿qué cosas te han impactado?

La metodología Lacaracola® busca acompañar y ser parte del tratamiento con la unidad psicosocial del hospital, donde la plástica sea un recurso en el proceso de sanación. Estos niños tienen muchas necesidades. Vemos numerosos casos de regiones, casi el 80%, por lo que es muy difícil estar enfermo y ser sacado de tu hogar para encontrar un lugar que te acoja. Lo que más impacta de esos niños y madres es que el cáncer viene a detener la vida para tomarla, y en algunos casos también es una oportunidad. Me ha impactado la valentía de esos pequeños, su sonrisa y su fuerza. Me ha impactado ver cómo ellos dan la vida por sus padres. Siguen con la lucha, pese al cansancio, remedios y tratamientos. Esa lucha tiene que ver con el amor que tiene un hijo por un padre o una madre.

¿Qué es para ti la creatividad y cómo se puede estimular en los niños?

Para mí la creatividad es un valor que necesita un despertar, que va muy de la mano con la imaginación, la valentía y la perseverancia. Lo que despierta la creatividad es la necesidad. Mientras esté todo dado es difícil que aparezca. Por ejemplo, es distinto que a un niño le des un juguete X o una caja. Con el juguete va a jugar un rato y con la caja van a pasar muchas cosas: la va a abrir, doblar, desarmar, se va a meter dentro, la va a pisar, etc. La creatividad es un descubrimiento de tus capacidades, es una manera de mirar el mundo y un recurso vital. Sin embargo, hay pocos espacios para expandir la creatividad y hacerla valer. Porque hay partes del mundo que están hechas, son rígidas y limitadas, donde la creatividad pareciera no tener cupo.

¿Cuáles son los beneficios de desarrollar la creatividad?

Se fortalecen muchos valores como la empatía, el respeto, la responsabilidad y el compromiso. También se desarrolla la paciencia, la perseverancia y la libertad. Yo creo que es un encuentro permanente con valores y habilidades. Va entregando lo que se necesita para construir la autoestima, que es el YO QUIERO Y YO PUEDO.