Los padres deben entender que no pueden hacer gran cosa para que su bebé camine antes de que esté listo para hacerlo. Primero deben cumplirse etapas previas.

“Hay que diferenciar el reflejo de enderezamiento, el cual consiste en la rectitud de la pierna y en un estiramiento de la cadera, el muslo, la pierna y el pie, al haber presión sobre la planta. Esto ocurre cuando tomamos de las axilas a nuestros bebés y apoyan los pies”, explica Ana María Inostroza, docente de la Escuela de Kinesiología de la U. Andrés Bello.

Existe un amplio rango de edades para que los niños aprendan a caminar. Aunque la mayoría de los bebés se paran y se mueven entre los muebles antes de cumplir el año y muchos ya caminan cuando cumplen un año, otros puede que no den su primer paso hasta muchos meses después de su primer cumpleaños.

Estímulos

La idea no es apresurar al bebé ni presionarlo, pero se puede estimular su marcha. “Debemos hablarle constantemente para que se enderece, después ponerle los juguetes de su agrado a distancia, primero en su desplazamiento lateral y, posteriormente, estimular su desplazamiento hacia delante con ayuda al principio y quitar el apoyo progresivamente al darnos cuenta que el bebé ya se suelta a periodos cortos”, recomienda la especialista.

Precauciones

Si bien no hay una edad “normal” para que el niño camine, lo cierto es que existen signos de alarma, es decir, actitudes que si se presentan, los padres deben llevar al niño para ser evaluado por un especialista.

“Entre los signos de alarma a cualquier edad está la movilidad, el tono o postura anormal, movimientos involuntarios como actitud distónica de manos e hiper-extensión cefálica, movimientos oculares anormales y retraso en la adquisición de los ítems madurativos. Si uno o más de estos están presentes se debe acudir al médico para tratar a la brevedad posible cualquier alteración que esté retrasando su desarrollo”, dice la kinesióloga.

Consejos

  • Caminar: Para alentarlo a caminar y que a la vez tome confianza debes colocarte frente a él, de rodillas o parada, y sostener sus manos con las tuyas tratando que vaya hacia ti.
  • Mantener el equilibrio: Puedes ayudarlo a mantener su equilibrio si lo dejas parado, con los pies descalzos y apoyados en el suelo, te colocas por detrás de él y suavemente lo empujas con tus manos de izquierda a derecha y viceversa.
  • Seguridad: Asegúrate siempre de que el lugar donde camine sea seguro y libre de muchos obstáculos para facilitar su marcha y nunca dejes a tu bebé sin supervisión durante esta etapa. También debes evitar el uso de zapatos, que le impedirán reconocer la superficie por donde se desplaza.