¿Son riesgosos? ¿Son efectivos? ¿Los chilenos consumen altas dosis? Estas son algunas de las preguntas claves sobre los antiácidos, especialmente en época de celebraciones.
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“Los antiácidos son medicamentos utilizados para neutralizar el ácido que produce el estómago de manera natural para procesar los alimentos. Esto ocurre por el consumo de alimentos (irritantes o en exceso), alcohol o por algunas enfermedades”, explica Jorge Cienfuegos, académico de la Escuela de Química y Farmacia de la
U. Andrés Bello.
Encubrir otras enfermedades
Sin embargo, tal y como dice su nombre, se trata de un antiácido. Y, por consiguiente, no se hace cargo de las razones por las cuales sentimos acidez. Ello implica que, si utilizamos los antiácidos de mala manera, podrían estar encubriendo (enmascarar) un problema sanitario, como un cáncer de estómago, el cual es prevalente en nuestro país.
No obstante, esto no implica que los antiácidos no se utilicen. Según el académico de la UNAB, “hay que evitar la lógica de lo instantáneo (querer que algo se produzca de manera inmediata) e informarse antes de utilizarlos”.
Comer y beber con moderación
Es común la utilización de antiácidos para la resaca o para evitar las consecuencias de una “comilona”. Pero la mejor manera de evitarlas es con el consumo moderado de alcohol y/o comida.
“En el caso del omeprazol, que erróneamente algunos lo clasifican como antiácido, es aún más importante tener consideración de sus efectos no deseados. Y es que su consumo constante afecta la absorción del calcio. Esto es determinante en personas que sufren de osteoporosis (huesos porosos), aumentando la posibilidad de fracturas, entre las cuales la de cadera está asociada a una mayor mortalidad”, subraya el profesional.
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