«A mi hijo menor siempre le digo que ser su padre “ha sido a toda madre”, como dicen en México, donde tenemos parte de nuestra familia.

Tengo 50 años y desde hace 8 tengo el cuidado personal de mis 2 hijos. Sin duda, esto ha modificado en parte mi vida. Lo principal ha sido la necesidad de construir un hogar estable y seguro. Dejé la oficina para trabajar desde mi casa. Mi hijo menor tenía entonces 4 años y requería mucha atención. Su madre vivía con su nueva pareja e hijo, a mil kilómetros de distancia. Esto me hizo asumir plenamente mi rol de padre 24×7; tal vez, la experiencia más difícil y bella que la vida me ha dado.

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