Ser madre no es tan solo dar a luz a un hijo, sino que es algo que va mucho más allá. Algunas mujeres llevan a sus hijos nueve meses en su vientre, mientras que otras optan por opciones diferentes para agrandar la familia, como la adopción, siendo una conexión única entre madre e hijo.

Según la psicóloga Josefina Guzmán, de Clínica Indisa, al tener un hijo —sin importar la manera— se crea un lazo que no se rompe con nada: “Cuando una mujer ve a su hijo por primera vez, el mundo cambia, tus prioridades son otras. Tú eres la persona más importante que ese recién nacido tiene y entran muchas emociones diferentes con eso, lo cual la sociedad está empezando a entender cada vez mejor”.

Desde el primer momento los hijos están conectados a la mamá por el cordón umbilical, el cual permite que respiren y se puedan alimentar a través de su madre. Por esto, en el período de gestación, la conexión entre ambos crece por minuto.

Cosa de hormonas

A pesar de los malestares que puede producir el embarazo, el dolor inigualable de dar a luz o la larga espera de la madre para tener a su hijo a su lado, todo se olvida en el momento de mirarlo a los ojos, en un momento que pasa a ser irrepetible.

“Los niños, por naturaleza, desarrollan en nosotros la necesidad de protegerlos y quererlos. Excepto en casos en que la madre tenga una patología psiquiátrica extrema, los pequeños gestos del bebé provocan en la madre una liberación de hormonas como oxitocina que provocan sensación de amor, alegría y gratificación inigualable, que muchas veces la puede hacer olvidar el dolor del parto y la larga espera de su llegada”, comenta la psicóloga.

Por lo tanto, ser madre es algo inigualable y una experiencia que ninguna cambiaría. Parte de este proceso es la lactancia, la que no solo significa alimentar al neonato, sino que además genera una conexión especial. “Esto es porque se tiene un contacto directo, de piel a piel, que es físico y las 24 horas, es una extensión del cuerpo de la madre. Y por eso significa que como madre e hijo están unidos”, señala la profesional.

Si por alguna razón una mamá no puede amamantar a su hijo, será fundamental el cariño y el contacto que puedan crear, propiciando ese lazo único.