Magdalena Merbilhaa: “Para entender el presente y proyectar el futuro necesitas conocer el pasado”
Si hay algo que puede marcar nuestras vidas es trabajar en algo que nos apasione. Desde muy corta edad, Magdalena Merbilhaa supo que de grande iba a difundir la cultura. Los mitos, leyendas y la historia medieval le fascinaban. Estudió periodismo e historia y ha seguido estudiando y viajando para enriquecer los cursos y talleres de la Red Cultural, entidad que hoy es un referente entre quienes gustan de la historia y la actualidad.
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“La Red Cultural es un gran sueño de acercar la alta cultura a las personas. El conocimiento es adictivo y cuando te acercas a él comienzas a querer más. Mientras más sabes, más te das cuenta de que sabes poco y que hay tanto por aprender. Este es el camino que probablemente iniciamos desde muy pequeñas con mi hermana. Nos gustaban los mitos y las leyendas, y comenzamos a coleccionar historias, aprenderlas y vincularlas”, señala. Magdalena reconoce que decidió estudiar historia porque amaba el mundo medieval. Desde que conoció los mitos entró en el mundo de J. R. R. Tolkien y la Edad Media se le apareció con nueva luz. “Fue entonces cuando Julio Retamal, un gran profesor de historia europea y mi maestro, me pidió que fuese su ayudante. Entonces me vi enseñando historia europea en todos sus tiempos, lo que fue una real bendición”, explica. El enfrentarse a la “larga duración” le permitió a Magdalena Merbilhaa comprender el presente como nunca antes lo había hecho. «Y es que para entender el presente y proyectar el futuro necesitas conocer el pasado. La historia aparecía con un sentido primo de utilidad. Solo desde el conocimiento del pasado las decisiones del presente pueden ser mejores”, destaca. El hecho de estudiar historia junto con periodismo ayudó a Magdalena a dimensionar cómo comunicar de mejor manera y cómo acercar estos conocimientos a las personas de un modo simple y cercano. Es entonces cuando nace la idea de la Red Cultural como Área de Extensión y Educación Continua, es decir, un lugar donde buscar permanente conocimiento y aprendizaje. El quehacer de la entidad nació bajo el alero de una universidad, pero luego sus gestores se dieron cuenta de que a través de alianzas podían continuar en forma independiente. “Este proceso de crecimiento no fue fácil. Cuando uno está formado dentro de la academia le cuesta mucho comprender que es necesario crear una nueva forma de hacer las cosas. Hoy las universidades están en crisis, se ha perdido en su interior la libertad de opinión y la libertad de cátedra, y sin eso no hay innovación. Fue una real bendición el tener que reinventarnos fuera de la academia. El mundo de la libertad abre miles de oportunidades. En la Red Cultural ofrecemos cursos y programas que no cabrían en ningún currículum de carrera de pre o posgrado. Los profesores humanistas pueden soñar y vibrar con lo que aman y transmitir sus conocimientos desde el amor que ellos profesan a sus tópicos”, explica. Magdalena participa hoy en una instancia donde el trabajo y el ocio se combinan. Ella es historiadora 24/7, ama lo que hace y en su tiempo libre hace lo mismo que en su tiempo ocupado. “Amo estudiar y me desafío a entender los temas para poder explicarlos de modo fácil y ameno. Si yo me sorprendo frente a algo, debo ser capaz de transmitir esa sorpresa a las personas a quienes les enseño. Debo emocionarme y emocionar al otro. El conocimiento es adictivo porque el saber es maravilloso. Cuando Aristóteles decía que nadie ama lo que no conoce, tenía razón. Mientras más uno conoce algo, más lo ama y más quiere saber. Mi trabajo no tiene descanso, es permanente, ¡pero lo amo!”, comenta. Magdalena tiene claro que ser independiente implica trabajar mucho más, estudiar, preparar las clases, hacer los afiches, promocionar los cursos, inscribir a las personas y hacer miles de cosas en forma permanente. Y es que no solo desarrollan cursos pagados, sino que además tienen programas gratuitos para acompañar a personas que están con problemas económicos y no pueden pagar por los cursos. “Evidentemente debo dedicar tiempo a mi familia. Es entonces cuando hay que medirse y establecer ciertos horarios de trabajo. Aunque hoy con la pandemia nos volcamos al mundo digital y estamos más ocupados que antes”, reconoce. Magdalena tiene 4 hijos y 2 de ellos están con sistema homeschooling, por lo que ha tenido que reorganizar su agenda para ayudarles en sus tareas. El más pequeño está en primero básico y requiere mucha ayuda y compañía. Como ha trabajado harto con él, comenta que el día, la semana y los meses se pasan muy rápido por lo ocupada que está como mamá. “No es fácil el tema, pero hay que hacerlo. Los dos más grandes se autorregulan y se organizan con sus tareas”, puntualiza. Magdalena Merbilhaa cree en la necesidad de educar en la libertad y siempre les ha dicho a sus hijos que “ella ya fue al colegio”. Destaca que tuvo el privilegio de ir a un colegio alemán de monjas que le enseñó el rigor y a hacer las cosas bien. Es decir, asumir el sentido de la responsabilidad y el placer por el trabajo bien hecho. “Las cosas deben estar cuando tienen que estar. Si eso implica dormir menos alguna vez, debe ser así. Otras veces hay más tiempo para otras cosas”, señala. A esta profesora amante de la historia le encanta ser independiente, pues esto le da flexibilidad de poder agendar cosas o no según lo que tenga que hacer con su familia. Y es que ellos son esenciales y lo más importante en su vida. “Mi gran desafío es traspasarles el amor por el conocimiento, ya que tengo certeza que es un camino de felicidad y plenitud. No hay nada como el placer intelectual, entender es como una luz que ilumina la vida”, destaca. [irp posts=»10256″ name=»Paula Vial: Enviudé… con 7 hijos»»]
Conversamos con esta apasionada profesora para saber cómo llegó a crear este espacio y cómo hace para mantener el entusiasmo en todo lo que hace.
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