Hace varios años, en 2015, un aluvión afectó al norte de Chile. En ese minuto, junto a un grupo de personas visitamos el pueblo de Diego de Almagro y llevamos muñecos hechos de calcetines huachos que teníamos en casa. Hicimos un taller, compartimos con las personas y ayudamos en todo lo que pudimos. Recuerdo a un niño pequeño albergado en un colegio que acunó a su muñeco y dijo: «Yo voy a dormir con mi Nono».
Ese momento crucial representó lo que provocan estos tiernos muñecos y pensé que debía hacer algo con ellos. Al principio partí sola con este emprendimiento y luego mi marido me ayudó a levantar la Fundación Nonos. Tras dos años de trabajo voluntario en el Hogar de Cristo conocí a Isidora Vicente, también voluntaria, a quien invité a ser parte de este sueño.
Para echar a andar una fundación se requiere mucha paciencia, ya que los trámites y el proceso de formación resultan largos. Además, dependemos de las ventas de muñecos Nonos para financiar los sueldos y programas que impulsamos. Pero seguimos adelante porque creemos que este juguete enseña a reflexionar acerca de nuestras vidas y a ponernos metas. Al tenerlos con nosotros nos recuerdan emocionalmente lo que somos y queremos ser. En ese sentido su aporte es grande, ya que los niños piensan en sus vidas y aprenden a preguntarse desde pequeños el sentido de las cosas.
Otro beneficio de los Nonos es que nos hacen volver a lo sencillo y valorar un juguete hecho de retazos y parches, pero muy adorable. Casi todos los niños que tienen Nonos duermen con ellos. Además, pueden hacerle ropa, muebles, casas, etc. Todo con elementos de desecho, por lo tanto, son dinámicos y con conciencia sustentable.
Los Nonos son fabricados por mujeres que viven en sectores vulnerables de Santiago. Ellas trabajan desde sus hogares, lo cual les permite cuidar a sus hijos. Cada una tiene una máquina de coser que generosamente nos facilitó Janome. Para su fabricación se utilizan telas que son merma de ropa que no se ha podido vender por estar fallada.
La familia y los Nonos
Tanto yo como Isidora tenemos una familia que apoya totalmente este emprendimiento destinado a personas de todas las edades: de 0 a 99 años. Ellos valoran mucho el voluntariado, nos ayudan ordenando o cargando cosas para la hospedería del Hogar de Cristo o se organizan los fines de semana para suplirnos cuando nosotras trabajamos.
Tanto nuestros hijos como nuestros maridos se sienten orgullosos por lo que hacemos y por la filosofía de los Nonos: cada uno es distinto, nadie es perfecto, tenemos heridas y alegrías, no somos desechables y siempre tenemos una nueva oportunidad… así como la tuvo un calcetín huacho que se convirtió en muñeco.
Paulina Gaete tiene 5 hijos, es publicista, magister en pedagogía teatral, marionetista, cuentacuentos y directora ejecutiva de Fundación Nonos. Isidora Vicente tiene 4 hijos, es administradora de empresas y encargada de las relaciones con clientes y finanzas en la fundación. www.fundacionnonos.cl. Instagram: @fundacionnonos
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